Los rojiblancos tiran de épica y remontan en siete minutos
En el 26?perdían 0-2, pero Adri, Alberto y Theo dan la
Con una tarde que no acompañaba precisamente para la práctica del fútbol, el Racing Portuense se encomendó a la vía rápida y dio otra clase magistral en su intento de unificar en una sola palabra fe, trabajo y compromiso, sinónimos que se presupone de los equipos campeones. Los portuenses se están convirtiendo en todo un experto en solventar inconvenientes y ayer volvió a demostrar, que poco o nada le importan estos. Prosiguió a lo suyo y en lo que mejor se le da, y continuó invicto en esta segunda vuelta.
Los rojiblancos se deshicieron, no sin trabajo, de un filial sevillista que quiso dar la sorpresa, pero que se encontró con la pujanza y la eficacia llevada a la máxima expresión. Sólo siete minutos de locura hicieron falta para voltear un marcador adverso ante el delirio de la grada y la desesperación e incredulidad de un Sevilla C, que no se creía lo que le estaba ocurriendo.
Los portuenses sumaron su séptima victoria local y quinta consecutiva en el fortín en el que ha convertido el feudo de Valdelagrana. Los de Paco Corbeto se presentaron con sorpresas en el once inicial con la inclusión de la pareja, que lo había venido haciendo en el primer tercio liguero. Por una parte, el portuense Mere que parece haber dejado atrás las molestias de pubalgia, que le hicieron estar en el dique seco varios meses. De igual modo, retornó al eje defensivo el central jerezano, Paquito que desde que saliera lesionado en el último partido liguero de 2010, no había vuelto a la titularidad. El que sí lo hizo de salida fue el isleño Adri, que por primera vez desde su incorporación en el mercado invernal, salió de titular sentando al roteño Villalustre. Cuando se presagiaba que el choque se solventaría de una manera relativamente cómoda, llegó un Sevilla C descarado y con las ideas claras, complicándole la vida a un Racing Portuense desconocido y desdibujado, al que le creó más dificultad de las esperadas. Sí en la previa el técnico racinguista, Paco Corbeto, avisaba de las complicaciones de los hispalenses, el paso de los minutos empezaron a darle soberanamente la razón.
El filial sevillista mientras estuvo en franquicia, mostró su mejor cara y su mejor versión ante unos rojiblancos que en el 26' ya se veía con un 0-2 en el marcador. Muy mal se le ponía las cosas.
Remontada
Cuando el run run se hacía generalizado y la sombra de una sorprendente derrota revoloteaba sobre el oscuro cielo portuense, apareció la furia y la garra de un equipo que creyó en la remontada. Y en siete minutos mágicos hizo lo que pocos se atrevían a tan siquiera soñar. En el fútbol lo importante no es como se empieza sino como acaba la historia.
En un partido espeso mostraron su mejor versión resolutiva. Adri acortaba distancias en el 39' de cabeza. Un minuto más tarde el que llevaba el empate y la alegría desmedida era Albero Fernández, que certificaba la igualada mascando la tragedia para un filial superado. Lo más complicado se había conseguido, pero aún faltaba lo más importante; desnivelar el electrónico. Y así, en el tiempo de descuento y para dar mayor complicidad a la gesta, Theo echaba el clave definitivo marcando en propia puerta. El pesimismo inicial dio paso a la locura generalizada significando una remontada en un Racing Portuense, que fue de menos a más. Tras la reanudación, y siguiendo el protocolo establecido, los portuenses con más oportunidades que brillantez, estuvieron a punto de aumentar un marcador ajustado. Desde larga distancia, y con Lolo Prado y Adri como protagonistas, llevaron el peligro al portal de un Julián superado e incrédulo.
Los rojiblancos se deshicieron, no sin trabajo, de un filial sevillista que quiso dar la sorpresa, pero que se encontró con la pujanza y la eficacia llevada a la máxima expresión. Sólo siete minutos de locura hicieron falta para voltear un marcador adverso ante el delirio de la grada y la desesperación e incredulidad de un Sevilla C, que no se creía lo que le estaba ocurriendo.
Los portuenses sumaron su séptima victoria local y quinta consecutiva en el fortín en el que ha convertido el feudo de Valdelagrana. Los de Paco Corbeto se presentaron con sorpresas en el once inicial con la inclusión de la pareja, que lo había venido haciendo en el primer tercio liguero. Por una parte, el portuense Mere que parece haber dejado atrás las molestias de pubalgia, que le hicieron estar en el dique seco varios meses. De igual modo, retornó al eje defensivo el central jerezano, Paquito que desde que saliera lesionado en el último partido liguero de 2010, no había vuelto a la titularidad. El que sí lo hizo de salida fue el isleño Adri, que por primera vez desde su incorporación en el mercado invernal, salió de titular sentando al roteño Villalustre. Cuando se presagiaba que el choque se solventaría de una manera relativamente cómoda, llegó un Sevilla C descarado y con las ideas claras, complicándole la vida a un Racing Portuense desconocido y desdibujado, al que le creó más dificultad de las esperadas. Sí en la previa el técnico racinguista, Paco Corbeto, avisaba de las complicaciones de los hispalenses, el paso de los minutos empezaron a darle soberanamente la razón.
El filial sevillista mientras estuvo en franquicia, mostró su mejor cara y su mejor versión ante unos rojiblancos que en el 26' ya se veía con un 0-2 en el marcador. Muy mal se le ponía las cosas.
Remontada
Cuando el run run se hacía generalizado y la sombra de una sorprendente derrota revoloteaba sobre el oscuro cielo portuense, apareció la furia y la garra de un equipo que creyó en la remontada. Y en siete minutos mágicos hizo lo que pocos se atrevían a tan siquiera soñar. En el fútbol lo importante no es como se empieza sino como acaba la historia.
En un partido espeso mostraron su mejor versión resolutiva. Adri acortaba distancias en el 39' de cabeza. Un minuto más tarde el que llevaba el empate y la alegría desmedida era Albero Fernández, que certificaba la igualada mascando la tragedia para un filial superado. Lo más complicado se había conseguido, pero aún faltaba lo más importante; desnivelar el electrónico. Y así, en el tiempo de descuento y para dar mayor complicidad a la gesta, Theo echaba el clave definitivo marcando en propia puerta. El pesimismo inicial dio paso a la locura generalizada significando una remontada en un Racing Portuense, que fue de menos a más. Tras la reanudación, y siguiendo el protocolo establecido, los portuenses con más oportunidades que brillantez, estuvieron a punto de aumentar un marcador ajustado. Desde larga distancia, y con Lolo Prado y Adri como protagonistas, llevaron el peligro al portal de un Julián superado e incrédulo.
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