Has venido a nacer a escasos metros del lugar en el que se fraguó la mitad de tu origen familiar. A un paso de la casa donde tu padre se ha criado.
Si llegas a nacer un día después, la Junta de Andalucía te hubiera hecho el regalo protocolario del 28-F. Y si hubiera sido un día más tarde, serías más especial todavía por nacer un 29 de febrero. Porque eso hace especial a cualquiera. Pero tú has querido venir a este mundo justo cuando te correspondía, y eso es lo importante. Porque todo fue como tenía que ir.
Tus hermanos, de pronto, han adquirido la prematura responsabilidad de protegerte y arroparte. Acuden al regazo de vuestra madre y los cuatro os fusionáis en un mismo abrazo. Anita toma tu diminuta mano y dice que le encanta su tacto por la suavidad que desprende. El rubiales de tu hermano, Luisete, te sobetea la cara y pasa una y otra vez sus manos por tu pelo, acariciándolo. Pero el Marín chico es cariñoso y borrico por igual, de forma que hay que decirle que se temple un poquito contigo porque en tus cortos días de vida, hay que mimarte para que no rompas en llanto.
Y él, también nota que su vida ha cambiado y ya no es el pequeño, sino el de en medio. El mediano entre dos niñas. La mayor y la pequeña. Siente que tiene que cuidarte y le gusta ponerte el chupete constantemente cuando resulta que él es tan canijo que todavía por las noches duerme con él.
Tus hermanos te abrirán los caminos. Y tú irás forjando tu identidad mirándote en el espejo de ellos. Sobre todo de tu hermana Ana, porque ya vas vistiendo aquella primera ropa que a ella también le cubrió el cuerpo en sus primeros días de vida. Y yo, por suerte, no he debido esperar mucho para poder tenerte cerca, tocarte y sentirte mientras esos ojos con los que ya miras a la vida se fijaban en mí poquito antes de marcharte para casa a unirte con tus hermanos. Esa también es la gran suerte que has tenido. Tu hermana nació en el año más difícil de nuestras vidas, cuando una pandemia vino para quedarse y nuestras sonrisas sólo se intuían tras una mascarilla que ocultaba nuestra felicidad.
Ahora todo es diferente y también mejor. Bienvenida a la vida. Bienvenida a tu familia, sobrina.