La difícil situación económica por la que atraviesa el Ayuntamiento coloca al equipo de gobierno y a su alcaldesa, pese a un trabajo duro e intenso, ante un panorama que suponemos no debe ser el más cómodo, pues no sólo se trata de la imposibilidad de poder cuadrar un presupuesto para el presente ejercicio, de hecho se está actuando con la prórroga del anterior y no se vislumbra un panorama diferente, sino que la dificultad en obtener ingresos hace que se tengan que adoptar decisiones arriesgadas, algunas impensables hasta hace unos meses, como es la búsqueda de capital privado para reflotar mediante privatizaciones en mayor o menor medida, servicios municipales, como lo que se proyecta con Epassa, la empresa de aparcamientos, que ha acumulado una deuda de más de 21 millones de euros, que la ha descapitalizado y está al borde de la ruina.
Parece que no hay otra solución mejor cuando la herencia ha sido un agujero que no ha ido sino agrandándose, lo mismo que el de otros servicios, caso de la gigantesca deuda que se mantiene con FCC, la concesionaria del servicio de limpieza, a la que se le van a sumar dos millones de euros al año por su responsabilidad de tener la ciudad limpia, lo que puede entenderse también como el pago por el aguante, aunque las quejas por las deficiencias hay que repartirlas al cincuenta por ciento. Menos mal que Junta y Plan E le han salvado la gestión.
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