Resines ha denunciado que -aprovechando que estaba en la UCI-han creado perfiles falsos en redes sociales haciéndose pasar por él. No me extraña, porque hay mucho queriendo sacar beneficio del mal ajeno. Los que como yo somos incultos de perfiles e interneses, esta situación nos suena a tomadura de pelo, pero no más de todos aquellos que suplantan identidades ajenas para alquilar un piso o presentan una nómina más falsa que las pestañas de Sabela. Estamos en un mundo egoísta y falso, sobre todo si lo comparamos a aquel otro donde los apretones de mano o la palabra dada servían para algo.
Ahora solo hay tramposos. Muchos y de diferentes edades. La apariencia lo es todo en este universo agónico en que la ropa se recicla vendiéndola y encima decimos que es por el bien del planeta. Los acreedores echan morro para decir que no pueden pagar y la ley de segundas oportunidades no es más que desviadero de fondos tan perdidos como los del Sareb. No sé si nos hemos dado cuenta de las excusas que ponemos para casi todo, disfrazando las pocas ganas, el no haber estudiado, el poco esfuerzo o el ansia de hacerte rico de cualquier manera. Antes la gente se hartaba de trabajar durante toda su vida porque la honradez era motivo de orgullo. Hoy día vale más un youtuber que escaquea los ingresos a su país en modo tributo en Andorra, que un oficinista que trabaja a destajo, porque al primero le admiramos por ganar dinero tocándose las bolas y a otro lo vemos un desgraciado porque solo sabe cumplir con su destino.
No queda ya nada de los héroes troyanos, nada del oropel y la gloria del Olimpo, porque los programas basura nos ahogan con su inmundicia cegándonos la inteligencia. Somos seretes permeables y tóxicos, dando vueltas a la nada de intentar no trabajar, no avanzar, ni sacar nada a flote. No estaremos aquí cuando hayan pasado cien años, ni perdurará nuestro recuerdo que será guano de murciélago. No levitaremos hacia el cielo, ni nos convocaran a la mesa de los justos. Habremos perdido miserablemente la vida en tiktokers y pamplinas y aun así nos creeremos salvados porque las jubilaciones son mensuales y los perfiles falsos nos proveen de ser quien queramos. Resines no tiene perfiles en redes sociales, pero como hay mucho amante del famoseo sin haber currado por él, no le dejaran ni la tranquilidad, ni el anonimato para curarse y restablecer su alma.
