La Fiscalía va a solicitar penas que suman 13 años y seis meses de cárcel para tres acusados de integrar un grupo organizado y especializado en introducir en España, mediante envíos postales, cocaína procedente de Ecuador y Chile, que solían camuflar impregnada en prendas de ropa o entre láminas de plástico y papel.
La banda, que actuaba en connivencia con una cuarta persona declarada en rebeldía, fue desarticulada después de que la investigación realizada por la Policía Nacional permitiese en noviembre de 2011 interceptar en Siero (Asturias) dos paquetes con 372,58 gramos de droga de gran pureza en su interior.
J.G.O., a quien el Ministerio Público atribuye el rol de contactar con personas desconocidas en Ecuador y Chile para el envío de la cocaína y alertar a los otros dos acusados para que procedieran a recogerlos, se enfrenta a una pena de cinco años y seis meses de cárcel.
Mientras, para J.I.B. y A.S.S., a quienes el cabecilla de la red presuntamente pagaba dinero por cada uno de los paquetes que retiraban de las oficinas de correos, el fiscal interesa penas individuales de cuatro años y seis meses, y de tres años y seis meses de prisión, respectivamente. En el caso de A.S.S. aplica la atenuante de confesión ya que reconoció los hechos en fase de instrucción.
Según recoge el escrito de acusación, al que tuvo acceso Europa Press, los tres procesados comenzaron a ejecutar el plan que habían trazado para obtener un beneficio patrimonial ilícito en 2011 y organizaron varios envíos de cocaína en los que siempre figuraba como remitente A.S.S., vecino de Cuevas del Almanzora (Almería).
Dos de estos paquetes fueron interceptados por las autoridades ecuatorianas, que hallaron en su interior un total de 658 gramos de sustancia estupefaciente. En uno, esta estaba impregnada en varias prendas de ropa mientras para el otro se había optado por camuflar la droga entre hojas de papel.
Tres de estos envíos, con una cantidad de cocaína indeterminada y remitidos desde Chile, sí llegaron a su destino entre los meses de julio y octubre de 2011.
La investigación de la Policía Nacional explotó en un mes después de que las intervenciones telefónicas mediante orden judicial a los acusados revelasen que una persona no identificada había procedido a enviar desde Chile dos paquetes a través de una empresa de mensajería y que estos se encontraban depositados en una nave de almacenamiento y distribución ubicada en Siero (Asturias).
Pese a que en los contactos figuraban otros nombres, los agentes constataron que el verdadero destinatario era J.I.B., por lo que el Juzgado de Instrucción número 4 ordenó su apertura. En el interior, se encontraron dos carpetas clasificadoras que, en los separadores de láminas, contenían un total de 372,58 gramos de cocaína con una pureza del 46,2 por ciento y un valor en el mercado negro de 24.274,42 euros.
Agentes vestidos como operarios de la empresa de mensajería se personaron en las direcciones de los supuestos destinatarios, quienes los derivaron al acusado, que fue detenido. Se le intervinieron, además, un reloj de marca y 10.100 pesos en efectivo.
Los otros dos procesados, que se sentarán junto a J.I.B. en el banquillo ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería y tendrán que hacer frente a sendas multas de 82.824 euros, fueron arrestados días después en sus domicilios.