Una de las pocas certezas que nos deja la actual pandemia es la necesidad de continuar invirtiendo en nuestro sistema público de salud para fortalecerlo y no al contrario. Gracias a tantos profesionales sanitarios abnegados, miles y miles de personas pueden hoy contar su experiencia con el Covid como un mal recuerdo pero también como un testimonio de gratitud hacia aquellos que velaron por su vida en momentos tan difíciles. Es el caso de Ángeles Peinado Gutiérrez, una alcalaína de 73 años que, tras estar ingresada cerca de un mes a causa de la enfermedad, quiere ahora mostrar su agradecimiento de forma pública a los médicos que la cuidaron.
Ángeles comenzó a sentir los primeros síntomas a mediados del pasado mes de marzo. En esos momentos la incidencia de la cuarta ola de la epidemia ya comenzaba a dejarse sentir en Alcalá, como en el resto del país. El 19 de marzo ingresaba en el Hospital Ruiz de Alda de Granada. La evolución no fue buena, y ocho días después, el 27 de marzo era trasladada a la uci. Allí permanecería hasta el 5 de abril. Ángeles nos relata que los días previos al ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos fueron los peores. “Tenía mucho ahogo, tos, fiebre y dolores. A todo esto hay que unir la soledad y tristeza de no poder tener cerca a nadie, ninguno de tus seres queridos”.
Esta soledad y aislamiento apenas podía ser suplida con las videollamadas que sus hijos le hacían cada día. Su hija Ángeles nos relata la angustia de aquellos días. “Aunque era muy duro ver como estaba, al menos nos reconfortaba verla, aunque reconozco que durante cinco días estuvimos esperando malas noticias, y a pesar de que ella ahora no lo recuerda, durante esos días, alguna noche nos dijo que pensaba que no la pasaría de lo mal que estaba”.
Sin embargo, Ángeles superaría este primer embate y recibió el alta el 11 de abril. Sin embargo, tras unas semanas de estancia en casa, debió ser ingresada de nuevo el 28 de abril a causa de unos trombos en el pulmón. Permanecería hospitalizada hasta el 5 de mayo, fecha en que recibía el alta definitiva.
Las palabras de Ángeles son de honda emoción y gratitud cuando habla de los médicos y resto de profesionales sanitarios que velaron por su vida en aquellos momentos críticos. “En todo momento me sentí tan bien atendida y cuidada, que solo tengo palabras de agradecimiento hacia los médicos, ATS, enfermeras, cuidadores y a todo el equipo que hay detrás. Me quito el sombrero ante todas esas personas tan humanas con las que me he encontrado. Les agradezco el esfuerzo que hacen cada día, con cada uno de sus pacientes”.
En estos momentos Ángeles está ya recuperada. Sigue padeciendo algunas secuelas, entre ellas una arritmia considerable que le genera un cansancio continuado. Sin embargo, lo más importante es que ha dejado atrás ese cara a cara con el virus que la mantuvo hospitalizada durante 25 días, algunos de ellos en situación grave. Una batalla que ganó gracias a aquellos que dieron lo mejor de sí para salvarla y ante los que no se cansa de repetir la misma palabra: Gracias.