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Alcalá la Real

Nuestras mentes más brillantes

Sorprenden su madurez y su claridad de ideas a pesar de su extraordinaria juventud; hoy conocemos a Raquel Toro Mesa, Carlos Rodríguez Jamilena, Daniel Jiménez Pérez y Laura Villegas Izquierdo, los alumnos con las mejores calificaciones de Selectividad en Alcalá la Real en este curso

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  • Raquel, Carlos, Daniel y Laura

Son inteligentes, maduros, tienen las ideas claras y todo ello a pesar de ser muy, muy jóvenes. En este reportaje de Alcalá la Real Información vamos a conocer a los cuatro alumnos con las mejores calificaciones en las pruebas de Selectividad en el curso 2014/2015 en Alcalá la Real. A menudo sus respuestas nos sorprenderán pero es que, aunque a primera vista puedan parecer de los más normales, se trata de chicos y chicas poco corrientes… al menos, para su edad.

Con un 9,479 en la fase general, Raquel Toro Mesa, que ha cursado sus estudios en las Escuelas Profesionales Sagrada Familia, es la alumna de Alcalá la Real que ha obtenido la nota más alta en las pruebas de Selectividad de este curso 2013/2014.Detrás de esta calificación se esconde una batería de sobresalientes que se encuentra, sin duda, al alcance de muy pocos. Sin embargo, cuando hablamos con ella, se tiene la impresión de que estamos ante una chica de lo más normal. “Me considero una persona amable y considerada con los demás. Si tuviera que describirme en pocas palabras diría que soy una persona que lucha por cumplir sus objetivos. Así mismo, creo que soy una persona en la que la gente puede confiar. En cuanto a mis aficiones, una de las cosas que más me ayuda a desconectar es la lectura; también me encanta escuchar música o salir con mis amigos”. Y en materia de lecturas, también sorprende su fidelidad a los clásicos juveniles de los últimos tiempos. “En este momento estoy terminando de leer Harry Potter y las reliquias de la muerte, un libro fantástico y que nadie debería dejar de leer. Hay muchísimos libros que me han llegado por una razón o por otra, pero si tengo que escoger creo que me decanto por Los juegos del hambre por ser un libro que realza el poder de la mujer y señalar las injusticias de la vida”.

¿Sus secretos para alcanzar una calificación tan estratosférica? También más convencionales de lo se podría imaginarse. “Personalmente creo que la clave es la constancia y el esfuerzo diarios. En mi caso particular necesito realizar esquemas o resúmenes para estudiar. Por supuesto no habría podido obtener una buena calificación en asignaturas como matemáticas y química sin la ayuda de un buen profesorado. Y no me puedo olvidar del apoyo de mi familia y amigos en los momentos más estresantes”.


Raquel, que nos dice que prefiere las canciones “cuya letra te transmite un mensaje y no solamente han sido creadas con un fin comercial”, nos demuestra que su juventud –cumplirá en noviembre los 18 años- no está reñida con la madurez, al tiempo que nos deja entrever ese punto rebelde y de cambiar las cosas tan propio de sus años. “Por supuesto que votaré cuando pueda hacerlo. Creo que votar es nuestro derecho y nuestro deber. Pienso que no votar equivale a no participar en las cuestiones de tu país, lo cual se ha anhelado durante muchísimo tiempo (por ejemplo durante las dictaduras). Desde mi punto de vista España necesita un cambio, el cual solo llegará cuando las personas se den cuenta de la necesidad de eliminar el bipartidismo”.

Cuando se le pregunta si cree que se valora suficientemente a la juventud, aunque tras una meditación, responde que no. “Francamente creo que si se tuviera más en cuenta la opinión de la juventud las cosas cambiarían. No veo justo que no se haga todo lo necesario para evitar que casi dos millones de jóvenes se encuentren en paro en España. Por supuesto tampoco comprendo el hecho de que se hagan recortes abismales en educación. Si no se forma bien a la población, esto dará lugar a una sociedad de borregos que no tengan opinión propia, pero... ¿Quién sabe si es ese el objetivo, no?”.

De cara a su futuro universitario, tras sopesar distintas opciones, Raquel tiene claro que su elección es Farmacia “carrera del campo de la salud que me encanta y que considero que tiene numerosas salidas”, aunque reconoce que también ha tenido otras en mente como bioquímica, psicología o medicina. Se ve trabajando en un hospital, en un laboratorio o incluso en la enseñanza, aunque “si hay suerte me encantaría dedicarme a la investigación”.

Carlos Rodríguez Jamilena, con un 9,339, tiene la segunda mejor calificación en la fase general de Selectividad de este año en Alcalá. Cumplió los 18 el pasado 13 de marzo y aunque dice de sí mismo que “soy una persona que una vez que se propone un reto, no para de trabajar hasta conseguirlo, pero no todo en la vida es trabajo y estudio, también se trata de disfrutar y reír”. “Los profesores suelen decirme que en clase soy demasiado serio, pero fuera del instituto me convierto en otra persona distinta, muy extrovertida y siempre intentando reír con mis amigos. A cada situación le corresponde un comportamiento, por lo que en clase, aunque nunca hay que decir no a unas risas con toda la clase y el profesor, deben primar la concentración y la seriedad, propias de alumnos maduros cuyo oficio es estudiar y se juegan su futuro durante el Bachillerato”. Toda una declaración de principios. Pero este chaval responsable y con la cabeza bien amueblada también encuentra tiempo para disfrutar y hacer lo que le gusta: “desde los ocho años tengo la suerte de ser músico, ya sea pianista, trompetista o guitarrista. Por otra parte, mi otra gran pasión siempre ha sido el deporte, en especial el fútbol. No sólo me gusta verlo, también me encanta practicarlo y siempre que tengo un rato libre procuro reunir gente para jugar. Por suerte, el Bachillerato no ha conseguido apartarme de mis aficiones”.

Cuando, inevitablemente, le preguntamos por el secreto de su éxito en los estudios, nos dice que “la mayoría del profesorado que he tenido durante mi vida ha sido exigente y, aunque se hacen más duras las asignaturas, la preparación también es mayor, lo que es de agradecer. No obstante, en cuanto a los factores internos, un alumno debe ser capaz de aceptar que su trabajo no es holgazanear, sino estudiar. Es algo que desde siempre he tenido en la cabeza, algo que entendí por mí mismo sin necesidad de que mis padres me obligaran o me presionaran a ello. Es muy importante, pues cuando te pones a estudiar sabiendo que obtendrás buenos frutos, la motivación es mayor. Precisamente, la motivación es otro factor clave. Sin motivación un estudiante no va a ninguna parte. La necesidad de una nota alta, por ejemplo, es una motivación extra, aunque puede llevar a la obsesión o incluso al miedo al fracaso. Por otra parte, es de gran importancia el trabajo y el estudio desde que somos pequeños, pues en Bachillerato y Selectividad no sólo se evalúan los conocimientos obtenidos durante dos años, sino también lo que has ido aprendiendo durante toda tu vida. La clave del éxito en Bachillerato (y en años posteriores) se resume en tres palabras: trabajo, constancia y motivación”.

También en sus lecturas nos demuestra Carlos su madurez. “Precisamente hace pocos días tuve la oportunidad de visitar Berlín gracias al viaje de estudios organizado por el IES Alfonso XI. Al ser un vuelo de tres horas aproximadamente, decidí llevarme un libro, que es el que sigo leyendo estos días. Se trata de la famosa obra de Aldous Huxley Un mundo feliz. Bastante bueno e interesante, aunque quizás no el mejor que leído. Hace un año tuve que leer para Filosofía Crimen y castigo, obra perteneciente al ruso Fiódor Dostoyevski. A pesar de que nunca me han gustado las lecturas obligadas, y menos la de un libro de 600 páginas, el hecho de tener que realizar un trabajo post lectura hizo que lo leyera muy atentamente y acabó por encantarme. Muy psicológico y pocos acontecimientos, pero acaba gustando”. En cuanto a gustos musicales, “para estudiar música clásica, para pasar el rato con los amigos nunca falta un poco de rock y pop, para época de feria siempre suenan unas sevillanas y rumbas y para las fiestas, música más moderna y electrónica. No suelo rechazar estilos de música, suelo rechazar las malas canciones”.

Sobre su madurez como ciudadano, Carlos no deja el menor lugar a dudas. El reciente estreno de su mayoría de edad parece darle una perspectiva asombrosa para una persona tan joven. “Al llegar a la mayoría de edad en marzo, tuve la oportunidad de votar en las Elecciones Europeas del día 25 de mayo. Por supuesto mi intención siempre es la de votar y siempre lo será. ¿Por qué? Las razones son claras, supuestamente vivimos en una democracia participativa, pero si nuestra participación se reduce a una mera votación cada cuatro años,  ¿se puede llamar a nuestra forma de gobierno democracia? Las decisiones importantes del Estado se toman sin preguntar al pueblo, algo que en mi opinión es erróneo. La única forma de cambiarlo es votando a aquellos partidos que sí cuenten con nosotros, y no votando en blanco o no yendo a votar. El voto es un derecho sí, pero éticamente también es un deber”.

La misma vehemencia muestra al mostrar su opinión sobre el encaje de la juventud en la sociedad actual. “No se nos valora lo suficiente porque los adultos sólo tienen en cuenta las apariencias, lo superficial. Que un grupo de amigos esté un sábado por la noche en una discoteca o de botellón no quiere decir que el domingo a las nueve de la mañana no esté estudiando o incluso trabajando. Salir con los amigos a tomar unas copas forma parte de la vida social del joven actual y, siempre que se haga con responsabilidad no veo problema. También he de aceptar que no toda la juventud es así, y que hay una gran parte de la juventud que sale los sábados, pero también los domingos, los lunes, los martes… Debemos cambiarlo de alguna manera, tomando las medidas que sean necesarias o con programas de reinserción en la sociedad. Debemos concienciar a todos los jóvenes que hoy en día ni siquiera el querer trabajar te asegura que puedas hacerlo, por lo que estar de fiesta día tras día no te lleva a ninguna parte. Por otro lado, encontramos a aquellos jóvenes que sí tienen conciencia de esto y que sí deberían ser tenidos en consideración. Sin embargo, hay adultos que piensan que la juventud actual traerá un futuro muy negro al país. Y no les falta razón, ¿cómo van a traer un futuro próspero a España aquellos jóvenes que, por culpa de su propio gobierno, deben buscarse la vida fuera de nuestras fronteras? Una frase: No nos vamos, nos echan”.

     Preguntado por los estudios que tiene en mente, reconoce que “durante mi vida me han gustado oficios como el de periodista o economista, y sobre todo siempre queda ahí la posibilidad de dedicarme a la política de manera vocacional. No obstante, finalmente me decanté hace un par de años por estudiar Ingeniería Aeroespacial, pues relaciona mi amor por lo de arriba con ámbitos muy de gusto como la física, las matemáticas o el diseño. Además, siempre me ha gustado la ciudad de Madrid, por lo que espero ser aceptado en la Universidad Politécnica de la misma ciudad y cursar allí el grado. Otro factor importante que mi hicieron decantarme por esta carrera es que tiene una buena oferta de empleo en España, aunque no me importaría cruzar la frontera y afrontar nuevos retos en el extranjero”. Y a la hora de concretar el lugar donde le gustaría terminar, profesionalmente hablando, concluye que “no me importa tanto el dónde, sino el de qué. Hoy en día, tenemos a gente con masters y doctorados realizando oficios totalmente diferentes a los que ellos soñaban. Oficios humildes y honrados sí, pero si eres doctor en física esperas acabar en un buen equipo de investigación, por ejemplo. Sólo espero que el esfuerzo que he realizado toda mi vida acabe dando sus frutos y pueda trabajar en el ámbito de la ingeniería aeroespacial o algo relacionado con ello. Como ya he dicho, no me importa si es en España o en el extranjero. Tampoco quiero pensar en el éxito laboral supremo como sería trabajar para la NASA, Airbus o Boeing, porque lo que me espera en los próximos años es muy duro y tengo que centrarme en ellos. No es la primera vez que pensamos en escalar la montaña que vemos a lo lejos y nos tropezamos con la primera piedra que nos encontramos en el camino”.

Daniel Jiménez Pérez, con un 9,184, ostenta la tercera mejor nota de las pruebas de Selectividad en este curso en Alcalá la Real. “Me considero como una persona responsable y humilde que se involucra en su trabajo para conseguir el mayor beneficio personal y colectivo, aportando toda mi ayuda a aquellos que lo necesitan en todo lo posible, consciente de que debemos de trabajar unidos para labrar una sociedad justa, libre y llena de éxitos”, dice de sí mismo, para añadir que “en cuanto a mis hobbies, adoro hacer deporte, factor base para una buena salud, así como fútbol, tenis, paddle o tenis de mesa. También disfruto animando a equipos de fútbol tales como el Real Betis Balompié y Granada CF, equipos de nuestra tierra. También me encantan los libros y películas de crímenes, investigación y espionaje. Encuentro interesante la historia que me ayuda a formarme culturalmente y además sólo podemos saber quiénes somos, si sabemos quiénes fuimos. Por último me relaja mucho estar con la gente que me quiere y apoya que son los que me ayudan a formarme personalmente”.

Sobre las claves de sus buenos resultados académicos, asegura que “es importantísimo intentar llevar todas las asignaturas al día y tomarte cada examen en serio, como una final, sin que eso suponga mucho estrés. A pesar de todo ello, los estudiantes jugamos con la suerte que constituye un factor clave, ya que una mala decisión en un momento dado o un mal día nos puede pasar factura. Bajo mi punto de vista, la Selectividad es un sistema de calificación poco justo ya que todos los estudiantes nos lo jugamos todo en un solo examen y aunque controles muy bien la materia, los nervios, el haber dormido poco y un mal día nos pueden pasar factura”.

Desde luego, los gustos de Daniel se reflejan en sus lecturas, “El último libro que he leído ha sido Servicios de inteligencia : ¿fuera de la ley? del escritor y periodista Fernando Rueda quien hace una crónica sobre las hazañas de nuestro Centro Nacional de Inteligencia e incluso nos habla de la CIA, espionaje francés, alemán y argentino. Puedo decir que éste me ha gustado especialmente al satisfacer mis inquietudes profesionales”. En cuanto a preferencias musicales “aprecio y guardo mucho respeto a la música clásica, siendo el Canon de Pachelbel una de mis composiciones favoritas. Por otro lado, también me gusta escuchar canciones que estén de moda en el momento y las marchosas de discotecas. La música siempre te hace recordar momentos únicos y puede servir incluso de terapia”.

Daniel, que cumplirá 18 años el próximo mes de septiembre, asegura que votará en la primera ocasión en que pueda hacerlo. “Por supuesto. Pienso que mi deber como ciudadano en un sistema democrático como el nuestro es votar a aquellos que creamos que puedan representarnos. Es verdad que hoy en día hay muchos casos de corrupción en los altos cargos y que los políticos no lo están haciendo demasiado bien, lo que incrementa la apatía del pueblo hacia la política, pero pienso que no sirve de nada estar quietos, quejándonos sin hacer nada. Debemos de estar unidos para luchar contra estas malas actuaciones y formar una España mejor, votando a nuevos partidos compuestos por políticos que porten la verdadera alma del pueblo”.
Sobre la valoración de la juventud en la sociedad actual, “Creo –asegura- que muchas personas piensan que la juventud actual es atrasada, sin aspecto de hacer de España un país desarrollado y la tachan de fiestera y juerguista. Muchas de esas personas que critican negativamente a los jóvenes, recurren a sus épocas para refugiarse en determinadas actividades que nosotros no hacemos y deberíamos hacer. Describen a la juventud del siglo XXI como una juventud fría y muerta, sin esperanzas de prosperidad. Sin embargo, existe otra España, la España que confía en los que están creciendo porque, los tiempos han cambiado y no podemos perder la fe en aquellos que cogerán el relevo de nuestra sociedad, porque en esta juventud hay mucha gente que vale, pelea por sus objetivos y luchan por obtener éxitos colectivos para salir de nuestra situación actual. Sin embargo, cabe decir que los actuales políticos están paralizando nuestro progreso mediante los numerosos recortes que están llevando a cabo”.

Pese a esta demostración de claridad de ideas, Daniel alberga dudas acerca de cuál será su futuro profesional. “ A pesar de haber hecho un bachillerato de Ciencias de la Salud, he descubierto que mis inquietudes profesionales se encuentran en otros ámbitos del saber. Creo que podría aportar más a la sociedad mediante estudios relacionados con Derecho y la Criminología. Por otro lado, estoy descontento con el sistema de acceso a las universidades ya que te obligan desde muy joven a elegir ramas, siendo todavía inmaduros y desconociendo lo que será mejor para cada uno. Es por ello que a estas alturas el sistema de ponderaciones para el acceso a universidades tras la selectividad hacen que obtengas injustamente menor puntuación si haces, en mi caso, un bachillerato de ciencias de la salud para entrar en una carrera de ciencias jurídicas”. En cualquier caso, concluye, “tengo inquietudes por terminar como detective, inspector de policía o velar por la seguridad nacional. También me gusta el trabajo de un juez o de un diplomático”.

Nuestro recorrido por nuestras mentes más prodigiosas finaliza con Laura Villegas Izquierdo, alumna del IES Alfonso XI, que con un 9,168, ha obtenido la cuarta mayor calificación en las pruebas de Selectividad realizadas este curso en Alcalá. Desde el principio, al hablar con ella, se tiene la impresión de estar ante alguien de gran madurez, al menos para su edad (17 años). “Me considero una persona alegre, realista cuando tiene que serlo y sobre todo muy exigente conmigo misma. No soy el tipo de persona que se relaja haciendo deporte u otras actividades, sino que me inspira todo lo relacionado con la moda y el maquillaje y la considero una de mis mayores aficiones”. Acerca de las claves para sus excelentes notas, asegura que “cada persona tiene un método o forma de estudiar pero en mi caso ha sido la constancia y el esfuerzo. Cabe decir que al principio no iba todo como yo esperaba pero no tiré la toalla y quise demostrar que podía hacer lo que me propusiera y ésa ha sido mi motivación personal a lo largo del curso”.

A Laura no le gusta sólo la moda y el maquillaje. También lee y no precisamente libros de aventuras. “El último libro que leí fue La metamorfosis de Kafka, obra impactante de un autor que sabe mostrar su inquietud a través del protagonista así como la crueldad del resto de ellos. No sabría decir cuáles son mis libros favoritos, pero sin duda Crimen y Castigo de Dostoievski empezó siendo el típico libro aburrido, pero poco a poco te vas adentrando en la mente del personaje y su psicología, algo de lo que gusta mucho su autor. También puedo
destacar clásicos como Ars amandi de Ovidio, obra que a pesar de su antigüedad se adapta perfectamente a la actualidad y tiene un humor interesante”. Su clasicismo en materia literaria parece estar solo a la altura de su eclecticismo en cuestión de música. “Un día puedo estar escuchando pop que al otro escucho flamenco. Se podría decir que tengo un gusto especial por música internacional, sobre todo cantantes actuales como Rihanna”.

No parece demasiado apasionada por la política, aunque asegura que no ignorará sus deberes de participación como futura ciudadana mayor de edad. “Si voto y no sale la elección idónea para mí al menos tendré la certeza de que mi opinión ha sido reflejada en las urnas y que quizás la próxima vez tenga más suerte”.

Más parece motivarle el debate generacional. “Yo diría que la juventud se valora en cierto modo pero no lo suficiente. Al fin y al cabo se ha de tener en cuenta que la juventud, me incluyo, es el futuro del país y tal y como está la situación sería un error dejarla a un lado. Es ahora cuando el mayor apoyo se lo merecen los jóvenes emprendedores que con su ilusión pueden llegar al éxito”. Y hablando de futuro, también el suyo parece tenerlo claro. “Desde hace ya años tengo en mente estudiar Traducción e Interpretación, además de por influencia de una de mis primas que se dedica a ello, también porque la veo una carrera con futuro ya que existen diversos ámbitos a los que dedicarse tras acabarla. La veo una carrera de relaciones internacionales, con lo exterior y sobre todo con lo cultural. Últimamente tampoco he dejado a un lado la idea de relacionar mi carrera con el maquillaje, pues al fin y al cabo ambos ámbitos están en lo cosmopolita, lo internacional”.

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