La mayoría de los hoteles de la ciudad ha retomado la actividad en estos últimos días coincidiendo con la celebración del Gran Premio de España de Motociclismo y el fin de los confinamientos perímetrales.
Según Antonio Mariscal, presidente del Clúster Turístico Destino Jerez, “entre el 85 y el 90” de la planta hotelera se encuentra ya “preparada para trabajar”, aunque consciente de que tienen que afrontar “un periplo difícil” hasta la llegada del mes de julio y el inicio de las vacaciones estivales.
Sin embargo, existe confianza en que el fin del estado de alarma y la recuperación de la movilidad entre las comunidades autónomas permita activar “el turismo nacional de fin de semana”, una posibilidad que estos últimos meses ha estado vetada.
Junto a esta circunstancia existen otros factores que animan a pensar en positivo. Mariscal alude en este sentido a la menor incidencia del virus y al factor “emocional”, toda vez que “mucha gente tiene ganas de desquitarse tras tanto tiempo sin posibilidad de viajar, salir y disfrutar”.
Se empiezan por tanto a dar una serie de circunstancias favorables a la recuperación de la actividad, aunque siempre teniendo en cuenta que al menos de momento el turismo internacional -que es el que alimenta al sector en primavera y otoño- está prácticamente desaparecido.
En el sector se tiene el convencimiento de que “va a ser un buen verano” desde el punto de vista turístico, aunque lógicamente sin alcanzar los niveles de 2019.
Tanto la provincia de Cádiz como los establecimientos hoteleros de Jerez se nutren en verano del turismo nacional, que salvo imprevisto no va a padecer nuevas restricciones de movilidad.
Según Antonio Mariscal, a día de hoy ya puede afirmarse que “en las zonas costeras las reservas para verano van muy bien”, algo de lo que se van a beneficiar a la larga los hoteles de Jerez, que ofrecen precios más económicos y a los que el turismo nacional suele recurrir cuando escasean las plazas en los establecimientos de los municipios del litoral.
El fin del estado de alarma y la posibilidad de desplazarse entre comunidades se antoja ahora un factor clave para que los hoteles puedan mantenerse abiertos a la espera de que lleguen los meses de julio y agosto, que si todo transcurre con normalidad serán buenos para el sector.