La Fundación Focus Abengoa realizará obras de emergencia en las pinturas del trascoro de la iglesia de los Venerables. El proyecto presentado a la Comisión Provincial de Patrimonio y firmado por Arquitectura Campos Alcaide ha obtenido el visto bueno de la administración andaluza y hace tan sólo unos días, la licencia de la Gerencia de Urbanismo.
La actuación es de emergencia “ante la posibilidad de perder parte de la decoración mural de este edificio emblemático de la ciudad, destacando esta decoración como obra de autor original y de relevancia dentro del entorno artístico”.
Los problemas de filtraciones del muro de los pies de la iglesia “han acelerado el proceso de deterioro natural de las pinturas murales, generando unos problemas que si no se subsanan en un tiempo breve pueden provocar la pérdida de parte de esta pintura por la falta de cohesión y adherencia con el muro”, se recoge en el informe. Las filtraciones han provocado “dos grandes oquedades y numerosas fisuras”.
Por ello, se va a proceder a la limpieza de los depósitos de polvo y suciedad en superficie, fijación y protección y consolidación de las citadas oquedades. La actuación se circunscribe a 3,50 metros cuadrados del trascoro.
La Comisión de Patrimonio, en su informe favorable de diciembre del pasado año, dejaba constancia en el mismo que respecto a la “inminente intervención de las cubiertas y el muro por su parte exterior para erradicar los problemas de filtraciones en las cubiertas, quedamos a la espera de la presentación del correspondiente proyecto para su preceptiva autorización previa a la licencia de obras”.
El Hospital de los Venerables se comenzó a construir en 1676 bajo la dirección del arquitecto Juan Domínguez, y se terminó de levantar en 1697 con Leonardo de Figueroa. Las pinturas murales, con alegorías musicales, son obra de Lucas Valdés, del primer tercio del siglo XVIII. La iglesia destaca porque está decorada con pinturas al temple ejecutadas por Juan Valdés Leal y su hijo Lucas Valdés. A la muerte del padre en 1690 estarían terminadas las pinturas de la bóveda y la cúpula del presbiterio y ya tendría preparados todos los dibujos para decorar los muros y bóvedas de la nave, que son fruto ya del hijo.