Valverde del Camino, municipio cabeza de partido judicial del Andévalo minero de Huelva, puede presumir de tener en su término municipal la parra más antigua de la que hay constancia documental en España, que sigue floreciendo desde hace al menos 251 años.
Se encuentra en un recoleto patio ubicado en el casco histórico de la localidad, concretamente el de la añeja casa de la familia Martín Rodríguez, y presidida por un singular busto de Cervantes que desvela el gusto por las artes de sus moradores, ha informado la Junta en un comunicado.
En el patio interior es donde reluce la parra, muy probablemente tricentenaria, cuya longevidad está certificada en un documento público oficial, una inscripción registral fechada en el año 1770 que forma parte del Archivo Histórico Provincial.
"Venta, por los nietos de Juan Romero, de unas casas principales de morada sita en la calle de la fuente, al licenciado Don Francisco Caballero de Bolaños, Abogado de los Reales Consejos, Presvítero, Vicario y Cura de la Parroquial de dicha villa de Valverde del Camino. Septiembre, siete de mil setecientos y setenta años", reza el asiento manuscrito.
El fedatario de la antigua Contaduría de Hipotecas (el precedente histórico del actual Registro de la Propiedad) describe el inmueble original pormenorizadamente, reflejando que contaba con "dos patios y en ellos varios frutales y una parra".
Este emplazamiento doméstico en un pueblo sin apenas tierras ni tradición agrícola resultó ideal para que la parra sobreviviera a la plaga de la filoxera, que arrasó los viñedos históricos españoles a finales del siglo XIX y principios del XX.
El actual dueño de esta casa es Enrique Martín, que remite a Miguel Lara, técnico del Rancho de La Merced de Jerez, un centro vinculado al Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA) para hablar de este ejemplar.
"Me encanta hablar de esta parra singular. Es un ser vivo difícil de conservar y, a mi juicio, un elemento valioso e importante de nuestro patrimonio histórico-cultural", dice Lara, que certifica que "corresponde a una variedad de uva beba".
Se trata de un ejemplar que supera los dos metros de altura y los cinco de ramaje gracias al emparrado de barras de hierro que la corona y que data de al menos el siglo XIX.
Miguel Lara destaca también la belleza de los racimos y hojas: "Da una uva elíptica, corta, pardina, muy sabrosa y dulce. Y lo mejor es que es, además, de triple uso: sirve para vino, para mesa y para pasa. Y la hoja es preciosa, circular y con forma pentalobulada".
El verdadero secreto de su longevidad puede estar en el nivel freático, ya que por el valle de la Fuente discurre un arroyo natural que argentiniza este patio andaluz con pozo a escasos metros de sus raíces: "Todo lo que se siembra aquí crece exponencialmente", agradece Enrique Martín.