Esta es la cruda realidad que viven a día de hoy los mercadillos en la provincia de Córdoba. Es cierto que hoy no es el mejor día para comprar al aire libre por la lluvia; pero el sector del comercio ambulante se está desangrando desde hace meses.
Las restricciones de movilidad y la bajada del consumo se notan incluso cuando la Junta de Andalucía acabó autorizando la actividad de los comerciantes ambulantes. Insisten en que son el lugar más seguro para comprar. Por eso y de cara a la Navidad apelan a una bajada de la presión hospitalaria para que se relajen las medidas.
Antonio Torcuato, presidente de la Asociación de Comerciantes Autónomos Ambulantes de Córdoba, considera que “a lo más mínimo que eso ocurra, podremos beneficiarnos todos”. Aunque “somos conscientes de que todo depende de que la pandemia ofrezca un panorama más tranquilo sin que ello suponga bajar la guardia.
En el mercadillo de las Setas de Córdoba capital, en el barrio de Noreña, las medidas de seguridad se cumplen de forma rigurosa por parte de comerciantes y consumidores. Todos usan la mascarilla y pasan por el punto de desinfección de manos habilitado a la entrada del recinto.
Sin embargo, la recuperación del pulso económico hoy por hoy no tiene solución. Por ello piden ayudas directas a las instituciones ante el drama que sufren. Torcuato señala que las pérdidas económicas superan el 70%. Es más, dice que “hemos pasado de ganar un sueldo a perderlo, de vender a no vender nada”. Ojalá el virus les deje pronto remontar el vuelo y ser la alegría de nuestros barrios.
