Cruz Roja ha realizado más de 44.000 atenciones durante la actual campaña de playas (entre el 21 de junio y el 15 de septiembre), un 37,1% menos que el año pasado, un descenso que la ONG atribuye en parte al menor número de bañistas que han acudido a las playas como consecuencia de la pandemia del Covid-19 y a la responsabilidad de los ciudadanos.
"Por una parte hay que hablar del descenso de la presencia de bañistas pero, sobre todo, tenemos que destacar y agradecer el comportamiento de una gran mayoría de usuarios, que han tomado más medidas de prevención, logrando así uno de nuestros objetivos, evitar o reducir la necesidad de la intervención de los socorristas", ha apuntado el responsable de Playas de Cruz Roja, Miguel Ángel Sánchez Arrocha.
La mayor parte de las asistencias, un total de 31.000 han sido de carácter sanitario, que incluyen atenciones por picaduras, esguinces, luxaciones y erosiones. También destacan las 9.500 asistencias sociales, entre las que se recogen actividades como el baño adaptado para personas con discapacidad. Asimismo, se han realizado 1.600 rescates y 562 atenciones a menores extraviados.
Además, en el contexto de la pandemia, los socorristas de Cruz Roja han llevado a cabo otras labores adicionales a su habitual rol de "rescates", como apoyar en ámbitos como la ordenación de las playas, siempre en coordinación con los distintos ayuntamientos.
Estas nuevas funciones, recogidas en el Plan de Contingencia frente al COVID-19 establecido por Cruz Roja, han convertido de facto al personal de la organización en 'agentes de sensibilización frente al virus', contribuyendo a la difusión de mensajes de prevención, o apoyando en el mantenimiento de la distancia social o de los aforos establecidos en los distintos espacios.
En este nuevo contexto marcado por el COVID-19, cerca de 1.100 profesionales del salvamento (entre socorristas acuáticos, personal sanitario, conductores, etcétera) han prestado su servicio en 245 playas.