Marruecos ha rebasado este domingo la cifra de los 100.000 casos acumulados del coronavirus al llegar a 101.743 habiéndose acumulado más de la mitad de estos contagios solamente en un mes.
En las pasadas 24 horas se han registrado 1.927 contagios, además 35 fallecidos llevando el cúmulo de muertos a un total de 1.830, según el balance diario del Ministerio de Sanidad marroquí, mientras que el total de casos críticos ha alcanzado 279.
Más de la mitad de los casos acumulados se ha registrado solamente en un mes, ya que desde el pasado 20 de agosto se han registrado 54.105 casos.
La situación epidémica ha ido empeorando desde que a mediados de julio comenzó la desescalada y las primeras medidas de desconfinamiento: en agosto, los casos comenzaron una nueva curva ascendente que superaba a diario los mil nuevos casos, para subir a dos mil en septiembre.
El ministro de Sanidad marroquí, Jaled Ait Taleb deploró el pasado jueves en una comparecencia ante una comisión parlamentaria, que el 60 % de los casos desde el comienzo de la pandemia en Marruecos (en marzo pasado) se registraron a partir del mes de agosto, al mismo tiempo que añadió que se detectaron un 1.121 focos profesionales y familiares.
"La situación es preocupante pero controlable. No ha llegado a un nivel caótico que ponga presión sobre nuestras capacidades y nuestro sistema nacional de salud", aseveró el ministro marroquí, quien explicó que el país realiza 25.000 test PCR diarios y cuenta con 13.400 camas para los casos de COVID-19 repartidos en todos los hospitales del país.
Ait Taleb recordó que su departamento revisó los protocolos aprobados, con medidas como permitir el tratamiento a domicilio para los casos asintomáticos, extender las homologaciones ofrecidas a los laboratorios privados para realizar las pruebas PCR y multiplicar los hospitales de campaña militares y civiles.
Junto a las nuevas decisiones sanitarias para adaptarse a la nueva situación epidémica, las autoridades aprobaron una serie de medidas draconianas para frenar la propagación del virus como el cierre de ciudades o barrios declarados como focos del virus, pero sin conseguir bajar la curva de los contagios.
En septiembre, la multiplicación de nuevos focos perturbó el comienzo del curso escolar este año, y muchas escuelas ubicadas en ciudades o barrios confinados tuvieron que cerrar sus puertas y decretar la enseñanza a distancia.
Según fuentes del Ministerio de Educación marroquí, unos 2.250 escuelas en todo el país cerraron sus puertas en este inicio del curso y optaron por la enseñanza a distancia para unos 950.000 estudiantes.
Un gran número de estas escuelas se encuentran en Casablanca, capital económica del país magrebí, que acapara más del tercio de los casos registrados, y donde las autoridades locales decretaron por segunda vez un reconfinamiento de 14 días, con autorizaciones especiales para todo desplazamiento y un toque de queda nocturno.
Las autoridades multan con 300 dirhams (unos 28 euros) a cualquiera que no lleve mascarilla y han aplicado restricciones en otras ciudades y barrios del país donde se registraban mayores rebrotes causando a veces la indignación de los habitantes.
En Rabat, los habitantes del barrio humilde de Takadoum, sometidos a un largo confinamiento parcial, forzaron las barreras establecidas por las fuerzas de seguridad, y las imágenes de los vecinos tirando las vallas o colándose por sus rendijas se hicieron virales en las redes sociales.
Como en otras ciudades, los vecinos de Takadoum exigen poder incorporarse a sus trabajos y se quejan del carácter repentino de las restricciones aplicadas y la falta de alternativas.
La crisis sanitaria y las medidas draconianas adoptadas por las autoridades del país complicaron la situación financiera de muchas familias, sobre todo aquellas que dependen del sector informal para sobrevivir.
En su última nota sobre el impacto económico y social del coronavirus, el órgano estadístico oficial Alto Comisariado del Plan (HCP, por sus siglas en francés), pronosticó que un millón largo de marroquíes podrían caer en la pobreza.