En años anteriores, la celebración del festival había dado lugar al homenaje a personas tristemente desaparecidas muy ligadas al centro de menores. Sin ir más lejos, la figura de la poetisa Julia Guerra, quien fuera también funcionaria de La Marchenilla, fue objeto del cálido recuerdo de sus compañeros y de los jóvenes que un día estuvieron a su cargo.
Este año, los responsables de La Marchenilla no iban a ser menos. Pero en esta ocasión, la personalidad homenajeada iba a ser de una relevancia mayor para el gran público, una auténtica figura del flamenco a nivel internacional que ha servido de referente para todos los chavales que se han nutrido del arte flamenco en el centro de menores en los tres últimos años, el recordado José Molecón Camarón de la Isla.
Como invitada de excepción en el evento, celebrado el pasado miércoles, estuvo la viuda del genio, La Chispa. Otras personalidades conocidas, como Luis Gómez Montoya o la familia de Rancapino, y otras figuras cercanas al artista, no quisieron perderse esta ocasión única de homenajear a Camarón.
Artistas
Al cante estuvieron el mencionado Rancapino y su familia, Paco Reyes El Paquiro, Alfonso de Miguel, Canela de San Roque y José Cortés Canela. Al baile, acompañó Rocío de Carmen La Turronera. A la guitarra, Manolo Montes y José Carrión.
Si bien la calidad artística y humana de los invitados era notable, los grandes protagonistas de la ceremonia fueron los entre 20 y 25 alumnos que cada sábado y domingo reciben las enseñanzas del cantaor Alfonso de Miguel en el Taller de Arte Flamenco La Marchenilla.
Entre seis y ocho de estos pequeños artistas mostraron sus habilidades al cante a los invitados de la jornada. Jonathan, Francisco, Juan Antonio, Sebastián, Guillermo y David encandilaron a los asistentes con sus conocimientos adquiridos en el curso, mientras sus compañeros tocaban las palmas esperando su oportunidad para una próxima ocasión.
Para llegar a la interpretación del pasado miércoles, estos jóvenes, que en un reportaje anterior de este diario expresaban su inmensurable admiración por el ídolo del flamenco, habían ensayado durante horas aquel fin de semana con la ayuda de su tutor.
Sobre el también artista Alfonso de Miguel, hay que decir que es muy conocido en el mundillo flamenco, y que sigue actuando en uno de los locales más distinguidos de arte flamenco de Sevilla, La Carbonería, por el que, como recordaba De Miguel, han pasado muchas de las grandes figuras, entre ellas el propio Camarón.
El Festival Flamenco es siempre el momento álgido del taller impartido en La Marchenilla, que abrió sus puertas en abril de 20067 y que año tras año va incrementando su número de beneficiarios. Como indicaba De Miguel, si en octubre de 2008 eran 18 los jóvenes inscritos, ahora llegan a aparecer en las clases hasta 25.
Con todo ello se demuestra que, en las labores de reinserción de los jóvenes internos de los centros de menores, la exaltación de las cualidades artísticas es un elemento fundamental para desarrollar la sensibilidad y acercar un poco más a una incorporación plena y con garantías a la vida en el exterior.