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sociedad

España retratada a través de juegos online y videojuegos

Muchos pueden no haberse parado a pensarlo, pero España tiene mucho que ofrecer en cuanto a juegos se refiere, tanto tradicionales como electrónicos

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Muchos pueden no haberse parado a pensarlo, pero España tiene mucho que ofrecer en cuanto a juegos se refiere, tanto tradicionales como electrónicos. Démosle a un español una baraja y podrá mantener entretenido a un grupo durante largo tiempo con ejemplos como ¡Burro! o la Escoba, pero en el panorama de los videojuegos se ha posicionado en los últimos años con apuestas bastante interesantes. España tiene un toque distintivo y es que además procura introducir elementos de su historia y su cultura en cada proyecto que lleva a las pantallas. Así vemos como uno de los juegos de Nintendo Switch más conocidos en su tienda online es El Conde Lucanor, una aventura gráfica que curiosamente no se basa en una de las obras literarias de obligada lectura en la educación secundaria sino que cuenta con un argumento alternativo.

En una línea similar, los juegos para adultos también han decidido jugar con estos guiños a esos elementos tan nuestros. Accediendo al catálogo de juegos de casino de 888 vemos que una de sus máquinas tragaperras exclusivas es Don Spinchote, cuyo logo es un molino de viento. Esta referencia al segundo libro más leído en la historia de la humanidad, Don Quijote de La Mancha, cuenta con todos los personajes que retratan la famosa historia de caballeros, con Sancho Panza, Rocinante y Dulcinea entre otros. Los gráficos son muy simpáticos y el modo de juego tan sencillo que será accesible incluso a los jugadores principiantes. La jugabilidad no consiste sólo en aplicar una skin a una slot sencilla, sino que por ejemplo son las aspas de un molino lo que deberemos girar para conseguir alinear las ilustraciones y conseguir botes. Es, además, una de las máquinas a las que se puede comenzar a jugar sin depósito, y sin duda una experiencia para aquellos orgullosos de que la novela de Miguel de Cervantes haya dado la vuelta al mundo. Recordemos que es jugarle no sólo en España sino en todos los países en que 888 tiene licencia para operar.

Sin embargo ya existía otra máquina que ensalza los elementos más emblemáticos de la cultura española, y también es de la franquicia de 888: se trata de Olé España! y se ha convertido en favorita de muchos de los turistas que han visitado nuestro país y han regresado encantados con su riqueza cultural y arquitectónica. Aparte de dos tópicos españoles indiscutibles como son las corridas de toros y los San Fermines, no deja atr´s la siesta o los chiringuitos, y critica con un toque de humor particularidades muy españolas como el volumen elevado de nuestras conversaciones. Sin embargo, paralelo a esto, muestra preciosas ilustraciones de nuestros edificios más famosos, independientemente de la época de la que provengan, desde el Acueducto de Segovia hasta el museo Guggenheim de Bilbao, pasando por la Alhambra de Granada, la Plaza de España de Salamanca o el Parque Güell de Gaudí en Barcelona. Por supuesto la banda sonora del juego es un muestrario de nuestras músicas más conocidas. Tanto para españoles orgullosos como para aquellos que vinieron o que sueñan con venir, es una máquina muy alegre, y a diferencia de Don Spinchote, tiene un valor añadido en cuanto a jugabilidad, ya que cuenta con unos comodines muy apetitosos. Sin embargo, también cuenta con la ventaja de poder jugarse de manera gratuita sin depósito para cogerle el gusto (o no).

Está no es la primera vez que España es escenario de juegos; Street Fighter contaba en algunas de sus versiones con escenarios, inventados y reales, ubicados en nuestro país, un añadido al personaje de Vega, que recordaremos por ir vestido de torero pero tapando su rostro con una máscara muy al estilo del Fantasma de la Ópera. La saga Gran Turismo, entre otras, también contiene partes de juegos con España como escenario jugable. Luego ya, en otra línea, podemos presumir de haber sido desarrolladores de algunos títulos tan conocidos y emblemáticos como Castlevania Lorda of Shadows, La abadía del Crimen o Invizimals (sí, Invizimals), de los primeros juegos de realidad aumentada que lanzaron las videoconsolas de bolsillo.

Parece, pues, que las nuevas tecnologías le sientan bien a los creativos españoles, quienes también han metido cabeza en el mundo de la animación cinematográfica. Si ya proyectos como Pocoyó o los Minions, ideados en España, han dado la vuelta al mundo, las nuevas propuestas de este año persiguen grandes premios tanto a nivel nacional como internacional. Hablamos, de una parte, del largometraje de animación Klaus, estrenado simultáneamente un todos los países en que Netflix cuenta con catálogo, y Buñuel en el Laberinto de las Tortugas, que ha sorprendido a todos con sus singularidades y con una temática muy polémica (puede que precisamente su punto fuerte haya sido salirse de la tangente). Sea como sea, el desarrollo de juegos y proyectos de animación es una línea creativa y de negocio que está dejando atrás la discreción y se está convirtiendo en una seña de identidad de nuestro país, hasta ahora más conocido por sus deportistas de élite, su fiesta y su gastronomía, pero que tiene cada vez más productos de calidad que ofrecer al resto del mundo.

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