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Cádiz

La Virgen del Rosario inundó las calles en el día de su fiesta

La jornada del lunes 7 de octubre se iniciaba bien temprano, cuando a  las 9.00 horas se celebraba la tradicional Eucaristía

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Aromas de nardos, terracitas colmadas, ofrendas florales, cantes y bailes en la Iglesia Conventual de Santo Domingo. Así amanecía Cádiz ayer lunes, 7 de octubre, en un día festivo que hacía honor a su patrona, la Virgen del Rosario. 

Hasta el pasado 5 de octubre la Iglesia de Santo Domingo acogía cada día a las 19.15 horas, la novena por Nuestra Señora del Rosario, y que fue predicada por el dominico del convento de Scala–Coeli en Córdoba, Fray Francisco José Rodríguez. 

Así las cosas día a día, hasta llegar a la jornada de ayer, señalado en rojo en el calendario gaditano por la festividad de la Patrona. El sábado 28 de septiembre se celebró la Vigilia de Adoración Nocturna. Los días 2, 3 y 4 de octubre tuvo lugar la tradicional ofrenda de nardos de los escolares gaditanos. El día previo a la festividad, el 6 de octubre, a las 20.00 horas, el abogado y expresidente del Consejo de Hermandades, Martín José García , pronunciaba un sentido pregón a la Virgen. 

La jornada del lunes 7 de octubre se iniciaba bien temprano, cuando a  las 9.00 horas se celebraba la tradicional Eucaristía, continuando a las 11.00 horas con la Solemne Función del Voto, que presidió como es costumbre el obispo de la diócesis de Cádiz y Ceuta, Mons. Rafael Zornoza Boy. 

A partir de las 12.30 comenzaba una magna ofrenda floral a la Virgen por parte de gaditanos de a pie, entidades y hermandades gaditanas. A las 18.00 horas se celebró la Procesión de Alabanza y la ciudad volvió a responder en la festividad de su Patrona llenando de público las calles para disfrutar de la procesión, que contó con una nutrida representación de las hermandades 

. El cortejo recorrió las calles del casco antiguo de la ciudad con el mismo itinerario que años anteriores: Compás de Santo Domingo, Plocia, San Juan de Dios, Cuatro de Diciembre, Sánchez Barcáiztegui, Manzanares, Cobos, Catedral, Pelota, San Juan de Dios, Sopranis y Compás de Santo Domingo. 

El abundante cortejo procesional, formado por representaciones de las distintas hermandades gaditanas, se formaba en el patio de convento. Los cofrades desfilaron tras la Banda de Cornetas y Tambores del Rosario, que abría paso al cortejo. A las seis y media asomaba bajo el cancel de Santo Domingo el paso de la Patrona, dirigido por el veterano capataz Juan Pidre Alonso, mientras la Banda de Música Maestro Dueñas de El Puerto de Santa María, interpretaba la Marcha Real desde el interior del templo. Los primeros compases del paso, transcurrieron a los sones de la marcha Virgen del Rosario, de Germán Álvarez Beigbeder. 

Durante todo el trayecto la virgen permaneció acompañada de fieles hasta su regreso en torno a las diez de la noche aproximadamente. Sin novedades reseñables, más que el buen tiempo que desde bien temprano se dejó sentir en la capital.  

Historia  

Desde la fundación de la Cofradía del Rosario en 1590 o 1591 han pasado por el culto de los gaditanos cuatro imágenes titulares de la Virgen del Rosario. Y es que la imagen de la patrona ha sufrido varios cambios desde 1590/91 hasta nuestra fecha, contabilizándose cuatro tallas. La primera de ellas sólo permanece al culto seis años ya que padece los efectos del sitio y saqueo de la ciudad de Cádiz en 1596; es la conocida como Lady Vulnerata. Esta imagen fue arrastrada y mutilada en dicho asalto por las tropas anglosajonas al mando del Conde de Essex y tomada como uno de los tesoros de los cuales fue desposeída la ciudad en aquellos tristes sucesos. 

Así, esta talla se encuentra hoy día recibiendo culto en la Iglesia de San Albano de los Ingleses de la ciudad de Valladolid desde el día 8 de septiembre de 1600, ya que hasta allí fue llevada por una colonia católica de ingleses que recogieron la imagen tras ser llevada a las islas británicas después el saqueo. Estos datos son recogidos por el mencionado historiador gaditano Ángel Mozo en 1981, a quien debemos hacer acreedor de tan interesante e importante descubrimiento para la ciudad de Cádiz. 

Tras el macabro saqueo llevado a cabo por las hordas inglesas la Cofradía, que era conocida por la de los "morenos", se ve obligada a encargar una nueva imagen titular. Esta vendrá ser de candelero y se ejecutó hacia 1598. Era imagen de semblante triste, muy erguida, de mirada frontal y con una leve inclinación de la cabeza. Esta imagen estuvo al culto de los gaditanos hasta 1931, año en el que el templo de Santo Domingo, lugar donde radicaba imagen, sufre las iras de los exaltados republicanos los cuales queman el templo perdiéndose esta y otras imágenes. 

Sobre el Niño Jesús que le acompañaba poco podemos decir ya que las restauraciones y repintes sufridos por la imagen hace que haya perdido sus rasgos originarios; eso sí, Ángel Mozo la cataloga como talla protobarroca, aunque por lo mencionado es difícil de fechar. 

Esta imagen recogió el título de ser nombrada Patrona de la ciudad. Así, los trámites se iniciaron en 1755 por decisión del Ayuntamiento gaditano y por darle gracia a la Virgen del Rosario por salvar al pueblo de la peste, pero no será hasta 1867 cuando la Santa Sede declare Solemnemente a la Señora del Rosario como Patrona de la ciudad de Cádiz. 

Pronto se repuso la talla por medio del encargo que realizaron un grupo de gaditanos devotos de la Virgen al escultor y sacerdote Félix Granda y Buylla. Así, la imagen se puso al culto el 23 de diciembre de 1933, fecha en la que se volvieron a abrir las puertas del templo dominico tras la pertinente restauración que se realizó tras la barbarie de 1931. 

Esta imagen no sigue los cánones de la anterior y no llega a gustar a los gaditanos, que la llamaban cariñosamente "la rubia de Granda" por el color de sus cabellos y sus ojos azules. Lo que sí recoge esta imagen de la anterior son las manos y el Niño Jesús, algo que la siguiente talla también tomará, y es que fue lo único que se salvó del fuego republicano. 

Como quiera que la imagen no terminaba de convencer a los fieles y devotos, en 1943 se decide encargar una nueva y retirar la anterior del culto. Esta talla, que es la que hoy se venera, fue realizada por el imaginero sevillano Manuel José Rodríguez Fernández Andes, es una imagen que muestra una serena belleza que causa la admiración, devoción y respeto, y que llegó a calar en los fieles gaditanos. 

Con ello, hemos recogido las cuatro imágenes que han recibido el culto de los gaditanos, aunque sólo estas tres últimas han tenido la consideración de Patrona de Cádiz. Así, me gustaría homenajear desde aquí a Ángel Mozo, ese gran estudioso de las artes en Cádiz, ya que si no fuera por él no conoceríamos que la primera imagen de la Virgen del Rosario es la Vulnerata y mucho menos sabríamos de su actual paradero. 

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