El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, se prepara ya para unas posibles elecciones generales y asegura que seguirá negándose a pactar con el presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE, Pedro Sánchez. Eso a pesar de las presiones externas e internas que ha recibido, que incluso le han costado una crisis en el partido, para que cambiara de posición.
La formación naranja lleva meses instando a Sánchez a negociar con "sus socios", Unidas Podemos y los partidos nacionalistas e independentistas, para que pueda ser investido como presidente y formar gobierno y que la legislatura se ponga en marcha.
Sin embargo, el acuerdo que Rivera veía hecho desde el primer momento podría no producirse finalmente, dado el distanciamiento cada vez mayor entre Sánchez y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y la cercanía de la fecha límite para sacar adelante la investidura y evitar una repetición electoral, el próximo martes.
En Ciudadanos afirman que están preparados para afrontar cualquiera de los dos escenarios posibles, tanto que finalmente haya acuerdo entre PSOE y Podemos como que no lo haya y se convoquen unos nuevos comicios para el 10 de noviembre.
En el primer caso, Cs apostaría por hacer una oposición "firme" frente a Sánchez. Y si hubiera que repetir las elecciones --el escenario más probable ahora mismo--, las asumiría como una "segunda oportunidad" para echar a Pedro Sánchez de la Moncloa.
YA AVANZA QUE BUSCARÁ PACTAR CON CASADO
De hecho, Rivera ya ha prometido que si la noche electoral hay una mayoría de escaños alternativa a la que pueda formar el líder socialista, llamará al presidente del PP, Pablo Casado, para intentar gobernar juntos. Y, aunque el líder de Cs evite mencionar a Vox, probablemente tendrán que contar con los diputados que obtenga este partido si quieren investir como presidente a un candidato del centro-derecha.
La decisión de pactar con el PP y el rechazo claro al líder del PSOE le ha valido al presidente de Ciudadanos fuertes presiones para que rectificara, pero las ha aguantado durante meses sin flaquear en ningún momento.
Ante las presiones externas, principalmente del PSOE, de sectores económicos y empresariales y de medios de comunicación, Rivera ha optado por reducir sus apariciones y su exposición pública.
Pero también ha tenido que hacer frente a las voces de dentro de su propio partido que han cuestionado su estrategia de pactos postelectorales, en las comunidades autónomas y, especialmente, en el ámbito nacional.
DIMISIONES EN LA EJECUTIVA DE CIUDADANOS
La crisis interna se desencadenó a finales de junio con la dimisión del entonces secretario de Programas de Cs y portavoz adjunto en el Congreso, Toni Roldán, que salió de la Ejecutiva del partido y dejó su escaño entre duras críticas a la postura de Rivera.
Tras la marcha de Roldán, llegaron las dimisiones de otros miembros del Comité Ejecutivo: el eurodiputado Javier Nart, el exlíder de Ciudadanos en Baleares Xavier Pericay y el exportavoz de Hacienda en el Congreso Francisco de la Torre.
Un mes después, el presidente de la formación liberal trató de zanjar el debate con una reunión del Consejo General que aprobó una ampliación y remodelación de la Ejecutiva nacional. Rivera introdujo en este órgano a figuras fieles como Lorena Roldán --la nueva portavoz--, Marcos de Quinto, Edmundo Bal y Marina Bravo y expulsó, entre otros, a Fernando Maura y Orlena de Miguel, que no apoyaron su estrategia de pactos.
Aunque de los principales representantes del sector crítico, el líder de Cs en el Parlamento Europeo, Luis Garicano, y el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, continúan en la dirección de Ciudadanos, cada vez se oyen menos opiniones discrepantes.
SÁNCHEZ REPRESENTA BLOQUEO E INESTABILIDAD
Esto ha permitido a Rivera mantener el rumbo fijo y empezar a lanzar mensajes en clave electoral ante unos posibles comicios. Aprovechando la falta de acuerdo entre el PSOE y Podemos, el líder de Cs presenta a Sánchez como un candidato incapaz de pactar ni siquiera con quien está dispuesto a pactar con él.
Pedro Sánchez está "más solo que nunca", afirmaba el jueves pasado en una rueda de prensa, donde advertía al electorado de que el líder socialista "representa la inestabilidad" y el bloqueo. Con él "no hay diálogo ni acuerdos, no hay negociación, solo teatro y pérdida de tiempo y dinero", aseguraba.
En Ciudadanos creen que ni siquiera el votante de izquierdas comprende la forma de actuar de Sánchez, especialmente tras negarse a una reunión con Iglesias y rechazar la oferta de un gobierno de coalición temporal que al menos apruebe los Presupuestos.
Según Cs, esto se traducirá en una penalización al PSOE en las urnas, aunque ahora en general las encuestas pronostiquen una mejora de sus resultados. Tampoco dan por segura la bajada de apoyo que se prevé para Ciudadanos y recuerdan que los sondeos suelen atribuirles peores resultados de los que luego obtienen en las elecciones.
Aseguran que no hay fuga de votos al PSOE, pero admiten que el reto para Cs será movilizar a los electores de centro, particularmente desganados ante una nueva convocatoria electoral. De momento, el secretario general, José Manuel Villegas, ya ha empezado a trabajar con el comité electoral, que se constituirá esta semana.
MARCANDO DISTANCIAS CON LA CORRUPCIÓN DEL PP
Aunque el PSOE sigue siendo el principal blanco de las críticas del partido naranja, Rivera ha empezado también a disparar contra el PP, enmarcándolo en el "viejo bipartidismo" y, sobre todo, reprochando a su líder, Pablo Casado, los casos de corrupción.
Pese a compartir gobiernos de coalición autonómicos con el PP, Ciudadanos intenta marcar distancias para que la corrupción de su socio no le acabe salpicando. Así lo ha hecho en la Comunidad de Madrid, donde su apoyo a una comisión de investigación sobre Avalmadrid ha generado tensiones con la presidenta regional, la 'popular' Isabel Díaz Ayuso.
Además, los de Albert Rivera siguen descartando establecer fórmulas de colaboración electoral similares a la de Navarra Suma --donde compartió candidaturas con Unión del Pueblo Navarro y el PP-- de cara a los próximos comicios generales. "Cs no está para resolver los problemas de marca del PP", dicen fuentes de la dirección.