La segunda jornada celebrada en el VI Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía trajo hasta el escenario del Parque María Cristina, a modo de concierto doble o compartido, a tres músicos celestiales: Antonio Sánchez, Antonio Serrano y José del Tomate. La segunda mitad fue, nada más y nada menos que para Raimundo Amador, un símbolo de la fusión y el nuevo flamenco que llegó en la década de los setenta y en el que tuvo bastante presencia al igual que el propio Paco. Un movimiento que resulta en estos días igualmente fresco, actual e imperecedero. Esa es la sensación que aporta Raimundo, con sesenta años en el mundo de la música y el carácter del primer día. Dicen que los viejos rockeros nunca mueren, y Raimundo será eterno.
El público volvió a acudir a la llamada de la espontaneidad, de la naturalidad transgresora de este gitano que porta más de cuatro guitarras durante su actuación en un recorrido por temas de siempre, de esos que lo han colocado en la picota, en lo más alto de la música nacional desde un perfil discreto y no amante de la vacía popularidad. Posee, pues, todos los argumentos para defender su sitio año tras año gracias, en parte, a un público fiel que apuesta por su amable figura y una sucesión de sonidos de tiempos memorables. Con Raimundo ocurre como con los grandes del rock, para eso lo es. Transporta al que escucha al momento y situación en el que descubrió esa canción, ese fragmento, ese punteo. Lo hace como si nada, como si estuviera empezando. No le cuesta nada conectar con el público gracias a su sonrisa canalla y a esa atmósfera que el mismo, junto a su grupo, consigue dibujar. 'Ay José, yo te canto Camarón', da voz al público que lo sigue con palmas y tarareos. Recurre al legado de otros grandes del género como al de Stevie Wonder, B.B King o Triana, con 'El Lago', aunque el reconoce siempre que "creo que es de..." bromeando sobre la autoría de cada título.
Si bien le suena la guitarra, una extensión más de su cuerpo, cuando expresa su alma en el rock no menos flamenca le suena cuando debe acompañar a Rosario Heredia, jerezana de nacimiento, cantando por soleá o por bulerías. Rosario consigue cumplir con el cometido emocional y su juventud no le aleja de la jondura. Falsetas de la escuela de Morón, casi ná. Raimundo tiene por delante citas en esta temporada de relevancia en Jerez, Málaga, Canarias, Pontevedra... en un gira que celebra sus seis décadas en el arte junto a su disco 'Directo en casa' y que está siendo brillante en la repercusión popular. Larga vida, Raimundo.
Antes de él, protagonizaron momentos impagables, valga la manida expresión, el trío formado por Antonio Sánchez, Antonio Serrano y José del Tomate. El primero de ellos, sobrino directo de Paco y seguidor de una escuela basada en el amor a la guitarra y a la creatividad, a la seriedad y a todo lo que significa la grandeza de su cultura. El segundo de ellos, Serrano, está considerado como el primer músico que introdujo la armónica en un espectáculo flamenco, junto al Maestro ocurrió. Y José, hijo de Tomate, ha crecido en la pasión y admiración por el protagonista de este Encuentro. Con su guitarra, la de Sánchez y la armónica de Serrano, dieron rienda suelta a la magia musical con la interpretación de títulos clásicos como 'Historia de un amor', 'Alegría de vivir', y el 'Zyryab' que despidió una actuación muy aplaudida, quizá corta para muchos pero, sin duda, con una intensidad espeluznante.
Campo de Gibraltar
Tres ases y un rey de la música
Antonio Sánchez, Antonio Serrano y José del Tomate actuaron en la jornada de ayer
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