El Camino de Santiago es uno de los recorridos más famosos, no sólo en España, sino en todo el mundo. Algo que no es casualidad, cada año miles de turistas explican el crecimiento espiritual al que se ven expuestos, una vez concluyen el viaje. Paisajes increíbles, gente de todos los lugares y, sobre todo, un sentimiento inigualable son los factores que componen este viaje en cualquiera de sus variantes.
Un viaje con muchas posibilidades
Los puntos de partida del Camino de Santiago son muy variados. Tanto es así, que puedes elegir por comenzar la peregrinación tanto desde Sevilla como desde Francia, por ejemplo. Las distintas etapas que componen el viaje se van completando desde todos los lugares de la península (y más allá), dejando en manos del caminante la elección de qué fases hacer.
Son muchos los puntos de salida que concluyen en la Catedral de Santiago, como reunión de millones de peregrinos realizados, que consiguen su certificado final. Pero no sirve cualquier comienzo para completar realmente el Camino de Santiago, hay ciertos mínimos que cumplir.
Entre dichos mínimos se da el caso de comenzar el Camino de Santiago desde Sarria, una pequeña localidad de Lugo situada a 100 kilómetros de Santiago y que suponen las 5 etapas finales del Camino Francés, un recorrido que se puede llegar a realizar perfectamente en 5 o 6 días.
Sarria, una buena forma de empezar
La localidad de Sarria se ha convertido en punto de encuentro para los peregrinos menos experimentados. Gracias a la corta distancia, en comparación con las otras opciones, se ha posicionado como uno de los mayores reclamos entre aquellas personas que están comenzando o, por otro lado, que no tienen más tiempo de vacaciones.
Recorriendo estas cinco etapas, se puede pedir la credencial que certifica la realización del Camino. En la propia localidad de Sarria existen varios puntos como la Iglesia de Santa María o el Monasterio de la Magdalena donde se pueden recoger. Este documento no será sólo un recuerdo, sino que actúa como el pasaporte del peregrino, permitiendo el alojamiento en los albergues públicos y, lo más importante, la recogida final de la compostela.
Pero, además de estas ventajas, el propio pueblo de Sarria tiene rincones que visitar y conocer, por lo que es bueno comenzar desde este pueblo y poder estar más fresco para acudir a estos lugares. La Torre de la Fortaleza, residencia de los merinos hasta el siglo XVIII o la iglesia de Santa Mariña y su estilo gótico, son dos ejemplos de la belleza y cultura de esta localidad.
Las cinco fases que componen este viaje están compuestas por Portomarín, Palas de Rei, Arzúa, O Pedrouzo y, por último, Santiago de Compostela. Estas fases rondan los 20 km, siendo quizás la etapa 3 la más dura, ascendiendo a los 28 km. No obstante, se puede completar perfectamente en un máximo de 6 días, por lo que si estás pensando en hacer por primera vez el Camino, tal vez deberías considerar Sarria como punto de arranque.
Ponte en manos de una buena agencia
El Camino de Santiago puede ser algo completamente gratuito, sólo se necesita voluntad, buen humor y unos zapatos resistentes. No obstante, existe la posibilidad de contratar los servicios de agencias dedicadas en hacer más placentera dicha experiencia. Por lo que si eliges hacer el Camino de Santiago en Pilgrim, como referentes en el sector, serán muchos más los momentos que podrás llegar a vivir.
Desde alquiler de coches hasta un servicio WiFi están disponibles en la carta de oferta, factores que facilitan el viaje y consiguen un disfrute más pleno. Porque recibir un tratamiento de fisioterapia al final de cada fase puede suponer un auténtico lujo.
Así pues, si has tomado la decisión de dar tus primeros pasos del Camino y viajar a Sarria, qué mejor forma de empezar que de la mano de expertos en el campo. Siempre acompañados, con un servicio de recogida hasta el pueblo, posibilidad de un coche que venga a por ti en caso de problemas en el Camino o los alojamientos y comidas totalmente incluidos, son sólo unos de los pocos motivos para contratar este servicio.
La satisfacción personal al completar el Camino de Santiago no tiene comparación y nadie debería quedarse sin probarlo.