El Martes Santo es uno de esos días “complicados” en la Semana Santa de Sevilla, de hermandades que se cruzan antes de entrar en carrera oficial. Por eso el Consejo impuso cambios para evitar incidencias y las hermandades, especialmente San Esteban, que abría este año carrera oficial, han acelerado el paso, cumpliendo estrictamente los horarios, incluso pasando acelerando en momentos el paso de sus nazarenos colocándolos en fila de tres y dejándose llevar, también por el GPS bajo la atenta mirada del dispositivo del Cecop, que marcaba el discurrir sin incidentes, por ejemplo, de Los Estudiantes y El Cerro. El calor volvió a ser protagonista en las horas centrales del día, con temperaturas que rondaron los 28 grados, aunque el sopor se fue disipando conforme caía la tarde.
Dolores del Cerro, una de las que poseen el recorrido más largo de la Semana Santa de Sevilla, abría el Martes Santo con un barrio acompañándola como siempre, pero este año más, que iba de estreno, con Nuestro Padre Jesús de la Humildad, obra de Juan Manuel Miñarro, haciendo estación de penitencia. La Hermandad, además, le hacía un reconocimiento especial a Charo Padilla, la pregonera de ese año, muy vinculada a la cofradía y a la que le dedicó parte de su pregón con el que se inauguraban los actos de la semana grande de Sevilla de forma oficial.
Los horarios iban a ser parte esencial de la jornada y ya se notó cuando, entrando en carrera oficial El Cerro, los últimos tramos tuvieron que acelerar para que cumpliera el horario La Candelaria, que siguió ofreciendo hermosas estampas con su lineal blanco de capirotes mientras María Santísima de la Candelaria enfila su vuelta -y su ida- por los Jardines de Murillo.
Otro de los retos era salvaguardar tiempos y seguridad ante la salida de la Hermandad de los Estudiantes y el cruce en la Puerta de Jerez con el Cerro. Un dispositivo especial del Cecop garantizaba los desplazamientos, la seguridad de los itinerarios y los tiempos de desplazamientos, con saludo y ofrenda floral incluida entre las hermandades. Y mientras la hermosa talla del Cristo de la Buena Muerte de Juan de Mesa enfilaba su caminar hacia la Avenida de la Constitución, los nazarenos del Cerro esperaban a su paso, alternándose unas y otras sin incidentes, vigilados desde el centro de control del Cecop por GPS, cumpliendo horarios, como era el mandato del día.
Tres pasos también acompañaban los dos mil nazarenos de San Benito, que cruzaban por el centro camino de carrera oficial con su Santísimo Cristo de la Sangre y su Señora de la Encarnación como referentes, abriendo con la Sagrada Presentación de Jesús al Pueblo, otra magnífica composición escenográfica de Castillo Lastrucci. Su caminar, como siempre, se hacía tranquilo a su vuelta, camino del barrio de los toreros.
Y el celeste de los nazarenos de San Esteban, que se mezclaban con el azul del cielo que mañana comenzará a oscurecerse con la borrasca, con el Señor de la Salud y Buen Viaje y la Virgen de los Desamparados, contrastaba con el blanco nuclear de la Bofetá, Dulce Nombre, que partía de la parroquia de San Lorenzo, con el misterio de Castillo Lastrucci representando a Nuestro Padre Jesús ante Anás, y a María Santísima del Dulce Nombre, también del mismo autor.
La sobriedad llegaba con la tarde
Caía la tarde y la sobriedad tomaba las calles de Sevilla. Además de los Estudiantes, Los Javieres realizaban su estación de penitencia desde la parroquia de Omnium Sanctorum, con el silencio de su Santísimo Cristo de las Almas crucificado y María Santísima de Gracia y Amparo.
Cerraba el Martes Santo la hermandad de Santa Cruz, con su crucificado de Pedro Roldán, el Cristo de las Misericordias, y Nuestra Señora de los Dolores como titulares, una de esas cofradías que hay que ver pasar, al menos alguna vez, por el Arco del Postigo.
A lo largo de la jornada hubo algunas incidencias, aunque ninguna de relavancia. En la Plaza de la Contratación, los Bomberos tuvieron que actuar en un incidente en la red de suministro de gas, un problema puntual que fue controlado y que no supuso ningún riesgo para la seguridad, por lo que no fue necesario el desalojo del entorno, donde en poco minutos iba a discurrir la Hermandad del Cerro en su vuelta al barrio.
Por otro lado, un incidente en la Estación de Blas Infante provocó retrasos en los trenes, ya afectados por la huelga indefinida, aunque se retomó la normalidad una vez solventado.