La primera ministra británica, Theresa May, insistió hoy en las virtudes del acuerdo de "brexit" negociado con la Unión Europea (UE) y se negó a revelar si tiene otros planes en caso de que el Parlamento lo rechace el 11 de diciembre.
May compareció casi tres horas ante la comisión de enlace de la Cámara de los Comunes, donde eludió responder directamente a la mayoría de las preguntas de los diputados.
Cuestionada por sus planes en caso de que los Comunes rechacen el acuerdo que propone en la votación del día 11, sostuvo que el Parlamento debe "olvidarse del resto de opciones" y centrarse en debatir la propuesta planteada.
Reconoció, no obstante, que si el acuerdo, al que se oponen parte de los conservadores y la oposición, es descartado "se tendrán que tomar decisiones" y se acelerarán los preparativos para una salida drástica de la UE.
Preguntada por si permitiría que el Reino Unido saliera del bloque sin pacto, lo que los partidos y el mundo empresarial juzgan catastrófico, se limitó a señalar que "lo pertinente" es la decisión que se tomará en doce días.
El acuerdo consensuado con Bruselas, que rechazan tanto partidarios como detractores del "brexit", fija los términos de la salida y el marco general de la futura relación bilateral, y en una controvertida cláusula de seguridad otorga un estatus especial a Irlanda del Norte.
En caso de que no sea aprobado, el Gobierno deberá proponer un plan de acción alternativo que también podría ser rechazado por los Comunes, lo que pondría en cuestión la viabilidad del "brexit" y del Ejecutivo.
El Parlamento confirmó hoy que los diputados debatirán durante cinco jornadas de ocho horas, a partir del 4 de diciembre, la moción que presente el Gobierno sobre el acuerdo de "brexit", cuyo texto de momento se desconoce.
El presidente de los Comunes, John Bercow, escogerá seis enmiendas del conjunto presentado por los parlamentarios, que se votarán individualmente antes de proceder a la votación del texto final.
El Partido Laborista, primero en la oposición, ha tramitado ya una enmienda donde pide que se rechacen tanto el pacto de May, que "no ofrece una unión aduanera permanente ni un acuerdo fuerte de mercado único", como la opción de un "brexit" duro.
Los laboristas desean forzar unas elecciones generales, pero, si esto no es posible, no descartan apoyar un nuevo referéndum, opción previamente rechazada por la cúpula al considerar que ignoraría el resultado de la consulta de 2016.
En su intervención, May reiteró su oposición a otro plebiscito y dijo que quienes defienden esa idea tratan de "frustrar" la salida del club europeo, que se materializará el próximo 29 de marzo.
La líder conservadora, que carece de mayoría absoluta en los Comunes, también aseguró que "se mantiene" su alianza parlamentaria con el norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), pese a que sus diez diputados han rechazado su plan.
May está embarcada en una intensa campaña para defender su pacto de "brexit", refrendado el pasado domingo por los Veintisiete, ante la alta probabilidad de que sea derrotado.
La cadena pública BBC anunció hoy que la jefa del Gobierno ha aceptado participar en un debate televisivo con el líder laborista, Jeremy Corbyn, el 9 de diciembre, si bien éste aún no ha confirmado si accede a la propuesta, puesto que prefiere otra del canal ITV.
Otros partidos de la oposición británica, como los independentistas del SNP escocés o los Verdes, reclaman por su parte participar en cualquier cita televisiva que se organice, y sostienen que excluirlos sería antidemocrático.