La primera huelga general convocada por el comité de empresa del Ayuntamiento de Sevilla en todos los servicios municipales transcurrió ayer sin incidentes.
Además de para que los sindicatos manifestasen públicamente en las calles de la ciudad su malestar ante la falta generalizada de recursos en todos los servicios del Consistorio, esta jornada de huelga sirvió para evidenciar la falta de entendimiento entre los representantes sindicales de la plantilla municipal -compuesta por unos 4.500 empleados- y los responsables de Recursos Humanos del gobierno socialista, hasta el punto de ofrecer cifras de seguimiento bastante dispares.
De un lado, el gobierno cifró en menos de un 10 % el seguimiento de esta huelga, defendiendo desde primera hora de la mañana el normal funcionamiento de los diferentes servicios, incluyendo a los organismos autónomos y empresas -no convocados a la huelga pero desde los cuales sí hubo apoyo a la movilización-. El gobierno situó entre el 0 y el 5 % el seguimiento en Servicios Sociales, Hacienda, Agencia Tributaria, organismos autónomos, Recursos Humanos o Empleo, y lo consideró “casi nulo” en las dos áreas con más incidencia en los colegios, como es el mantenimiento de edificios municipales, con un 5 %, o las porterías, también por debajo de ese índice, según el comunicado emitido por el Ayuntamiento. Los distritos y centros cívicos también abrieron permitiendo, principalmente, el desarrollo de los talleres pese a “intentos de sabotaje por parte de determinadas personas que han llegado a sellar algunas puertas o, incluso, a sustraer las llaves de un equipamiento público”, según el Consistorio.
Intento de boicot
Por su parte, los responsables de las secciones sindicales convocantes (CCOO, UGT, CSIF y la coalición SAB-SEM) acusaron al gobierno del socialista Juan Espadas de intentar “boicotear” el paro técnico mediante la contratación de “vigilancia privada” para abrir los centros cívicos, avisando de que la propia concejal de Participación Ciudadana y Edificios Municipales, Adela Castaño, se habría encargado “personalmente” de abrir algunas instalaciones.
Los líderes de las citadas organizaciones sindicales explicaron que la convocatoria de huelga ha contado con un seguimiento medio “del 85 por ciento”, dejándose notar especialmente en determinados servicios, pues la plantilla del cementerio habría secundado la huelga en un 90 por ciento y la del zoosanitario en un cien por ciento. “Ha sido un éxito”, insistió el presidente del comité de empresa, Manuel Loza.
Tanto él como el resto de líderes sindicales manifestaron a las puertas del Consistorio su desacuerdo con la creciente “contratación de empresas privadas” y advirtieron que “la huelga no es el objetivo”, que ésta sólo ha sido “un paso más” y que seguirán en la lucha por “lo que es nuestro”, por el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en junio de 2016. “Si el alcalde no se da cuenta de lo que tiene en frente, tendremos que continuar en la lucha”, dijo el portavoz del SEM, Rafael Álvarez. Mientras el gobierno reiteró las mejoras en la jornada laboral y las retribuciones, los sindicatos reclamaban una negociación “directa y personal con el alcalde”. Incluso la plataforma de peones ha iniciado una recogida de firmas por el cese del diretor de Recursos Humanos, Luis Partida, solicitada meses atrás por el CSIF.
