Corría el mes de junio de 2015 cuando las tres fuerzas políticas (Levantemos, IU y PSOE), las autodenominadas de izquierdas, acordaron un acuerdo programático para afianzarse en el Ayuntamiento de El Puerto. Era el nacimiento del tripartito del Gobierno local. Con él aunaban un frente común.
El propósito, cambiar. Al menos eso fue las intenciones y las promesas realizadas. Pues “las tres organizaciones hemos coincidido en la necesidad de construir una nueva forma de hacer política, centrada en la honradez, la transparencia, la participación y la defensa de lo público”, eso exponían.
Casi dos años después, poco o nada parece haberse conseguido en asuntos de calado social, en las que las demandas, lejos de apaciguarse, crecen y crecen no sin problemas serios y con acusaciones graves como las que se vienen dando en el área de Bienestar Social con insultos, filtraciones y con escolta policial ante el desborde que sufre en su día a día. De los tres que encabezaron y firmaron ese pacto aún quedan dos.
Dos con serias diferencias y con cada vez menos argumentos que sustenten un Gobierno en minoría y soliviantado ante la realidad. “En la cabeza tenemos a la ciudad, a las personas, y muy especialmente a las familias que se encuentran en una injusta situación de emergencia social”. Teoría.