Juan Balbín Garrido afronta su primera Expoliva como delegado territorial de Agricultura, ya que fue elegido para el cargo apenas tres meses después de la última edición de 2015. Aunque ya conocía desde fuera la importancia de esta feria (además de alcalde de Cazalilla durante dos décadas también fue presidente de la cooperativa de su pueblo) admite que le ha sorprendido su grandeza una vez que ha tenido que coger las riendas del certamen. “Ahora que he podido conocer desde dentro la dimensión de esta feria puedo asegurar con rotundidad que no hay otra feria que se le iguale a Expoliva en todo el mundo”, asegura durante el Desayuno de VIVA JAÉN Balbín que, además de delegado de Agricultura, es también presidente ejecutivo de la Fundación del Olivar, la encargada de organizar en el marco de Expoliva tanto el Simposio Científico-Técnico como el Salón del AOVE con los mejores aceites de todo el mundo.
Balbín tiene claro que Expoliva dejó hace tiempo de ser una feria básicamente de maquinaria agrícola para convertirse en un foro comercial de primer orden. “La maquinaria agrícola es una parte muy importante, pero no menos importante son las misiones comerciales o la presencia en la feria, por primera vez, de los 57 países productores de aceite de oliva”, apunta el delegado. Y entre los temas previstos en el Simposio Científico Balbín destaca el debate en torno a los precios del aceite de oliva. A su juicio, “es preciso lograr la regulación del mercado para frenar las oscilaciones en los precios en función de la mayor o menor producción”. Para ello, es partidario de que el Gobierno de la nación apruebe la Extensión de Norma y autorice al sector al almacenamiento privado cada vez que los excedentes hagan caer los precios. Apunta Balbín que el precio medio del aceite debe moverse en unos parámetros donde no baje nunca de los 2,5 euros el kilo (el límite de la rentabilidad del olivarero) y tampoco supere los 4 euros/kilo (franja donde se pueden perder consumidores).
“El mercado no lo tenemos controlado, ni mucho menos”, se lamenta el delegado de Agricultura, que reconoce que “la gran asignatura pendiente” es el poco aceite envasado que sale de Jaén, apenas un 15%. ¿Y dónde está el problema?, se le pregunta a Balbín: “El problema es la atomización del sector, no puede ser que tengamos 328 almazaras en la provincia, y que en algunos municipios estén funcionando más de tres cooperativas”, apunta. En su opinión, “lo ideal sería que en la provincia operaran tres grandes grupos”, y cree necesario “un cambio de mentalidad de los agricultores”. Para reforzar esa idea, alude a las ayudas de la Junta de Andalucía a la integración en el olivar, donde el año pasado apenas se beneficiaron tres almazaras jienenses y este año son 41 las ayudas para toda Andalucía, de las que unas 7 podrían ser de Jaén. Será el mes que viene cuando la Consejería de Agricultura resuelva las ayudas, donde se baremarán aspectos como la creación de empleo, el traslado fuera de los centros urbanos o que sean entidades prioritarias.
Precisamente, la generación de empleo en otros servicios complementarios del olivar es otro de los campos donde, según el delegado, queda mucho camino por recorrer. “El oleoturismo y la prestación de otros servicios complementarios al olivar son buenas herramientas para generar más empleo”. Y en cuanto a la calidad de los aceites, Balbín se congratula del reconocimiento, aunque haya sido tardío, de los aceites Picual. “Se ha demostrado que es el mejor de los aceites por sus características organolépticas únicas”, señala. Destaca en ese sentido la resistencia del Picual a la plaga del ‘Verticilium’ y asegura que la Junta de Andalucía ha puesto en marcha una estrategia para evitar la entrada en Andalucía de la ‘Xylella fastidiosa’, que ha hecho estragos en Italia ) donde se han arrancado miles de olivos) y ya ha entrado también en las Islas Baleares. “Tenemos que incidir en el control de los viveros, las visitas a campos y las analíticas”, señala.
Por otro lado, la Junta de Andalucía ha presentado ya sus propuestas sobre la nueva Política Agraria Comunitaria (PAC) a partir de 2020. Para el delegado de Agricultura, es preciso que en ese nuevo marco de ayudas “se recupere lo que Jaén ha perdido en la actual PAC” (unos 270 millones sólo en ayudas directas) al tiempo que aboga por incentivar a las pequeñas explotaciones (“son mayoritarias en la provincia y sirven como complemento de renta y para fijar la población”, indica) y al olivar en pendiente (“sin ayudas acabaría desapareciendo”). Y sobre la reconversión en el olivar por la que claman organizaciones agrarias, como es el caso de Asaja, Balbín llama la atención sobre la necesidad de adecuar cualquier reconversión a los recursos hídricos disponibles. “Lo que no podemos es ponernos a arrancar olivos y plantarlos en sitios donde no hay agua garantizada”, expone. Valora igualmente el esfuerzo de los agricultores, con la ayuda de la Junta, en la modernización de regadíos.
Finalmente, sobre la Indicación Geográfica Protegida )IGP ‘Aceite de Jaén’ que se va a recuperar ahora después de muchos años de parón por el recurso interpuesto por la DO y los empresarios de Cazorla, Balbín adelanta que en junio se va a pedir formalmente el reinicio del expediente de la IGP, al tiempo que se pedirá a Bruselas que agilice el proceso. Esta IGP empezó, curiosamente, desde los productores de la Campiña, cuya asociación y luego federación presidía, y sigue presidiendo, el propio Juan Balbín, encargado ahora de reactivar como delegado de la Junta una figura de protección para toda la provincia. “La IGP es un instrumento muy bueno porque nos permite unir a todo el sector bajo un mismo paraguas, Aceite de Jaén, con el peso que ese nombre tiene fuera de nuestras fronteras”, manifiesta Balbín, para quien ahora sí se dan las condiciones para la aprobación de esa figura de protección.