El director mexicano Alejandro González Iñárritu afirmó hoy en el Festival de Tribeca que ver una película en un teléfono móvil es "como ver una postal" de la misma, ya que la imagen y el sonido "no se aprecian" de la misma manera.
En una de las charlas programadas por el festival, el ganador de cuatro premios Óscar fue entrevistado por la artista serbia Marina Abramovic, con quien conversó sobre sus últimos trabajos, su forma de hacer cine y el impacto de las nuevas tecnologías en la industria.
"Si has visto 'El renacido' en tu móvil, entonces no has visto la película", dijo Iñárritu, quien opinó que las nuevas generaciones "no están acostumbradas" al sonido y la imagen que ofrece una pantalla de cine.
No obstante, el director habló de las "asombrosas posibilidades" que ofrece la tecnología para hacer cine, en concreto de la realidad virtual (VR), que a su juicio no es una simple "extensión" sino "todo lo que el cine no puede alcanzar".
"El cine es un marco, y todo lo que queda fuera de ese marco tenemos que recrearlo en nuestras mentes (...) Fuera queda el 90 % de esa realidad que no llegamos a ver", argumentó.
En este sentido, destacó su nuevo cortometraje en realidad virtual titulado "Carne y arena", que presentará en la próxima edición del Festival de Cannes, inspirado en historiales reales de migrantes mexicanos y de Centroamérica que cruzan la frontera para buscar refugio en Estados Unidos.
"Pensé que sería increíble poder documentar las experiencias por las que atraviesan en sus viajes en el desierto. Hacerlo con la VR fue una forma distinta de explorar el espacio narrativo", explicó Iñárritu.
"Científicamente está comprobado que nuestro cerebro muchas veces no distingue entre ficción y realidad. Por ello, la religión ha sobrevivido miles de años", bromeó el director.
Preguntado por sus inicios en la industria, Iñárritu afirmó que actualmente se está alejando del realismo de sus primeros filmes, ya que intenta "yuxtaponer" imágenes y combinar ambientes y atmósferas para que los espectadores puedan evadirse y percibir emociones distintas.
Sobre "El renacido", película por la que ganó un Óscar a la mejor dirección el pasado año, explicó que no escogió un final feliz para esta historia de venganza porque las personas son "seres incompletos".
"El dolor está en el camino hacia la felicidad. Dicen que si no hay lodo, no hay flor (...) Una cosa sin la otra no podrían existir, son complementarias", sentenció.
En este sentido, reconoció que le gusta cuando una película o una obra de arte le hacen "sentir algo".
"Siempre espero que haya alguien que sea capaz de juntar todas las piezas (de la película) y sacar de ello alguna referencia o significado", añadió.
Iñárritu explicó que en los años 70, cuando era niño, en su México natal no había cine nacional tal y como hoy se conoce, ya que el gobierno controlaba totalmente la industria cultural y había "poca gente a la que le permitían" hacer sus propias producciones.
Así, confesó que solía ver películas estadounidenses o británicas como "Melody" (1971), un filme acerca de los primeros amores infantiles.
No obstante, reconoció que "el drama" de las telenovelas también han influido en cierta manera en su cinematografía.
"De allí es de donde viene la representación del dolor (en sus películas)", dijo entre risas.
Iñárritu advirtió ante un entregado público en Nueva York de que hacer cine "no se resume en un momento de inspiración", sino que se trata de cometer errores e "intentarlo una y otra vez".
"Cuando te apoyas solamente en tu intuición, algunas veces te puede regalar un momento que puedes capturar con tu cámara con una luz perfecta y con una buena actuación. Pero normalmente eso no pasa", afirmó.