La noche más larga, la de la magrugada del Viernes Santo, se vive en Sanlúcar con el protagonismo exclusivo de la Muy Antigua, Real e Ilustre Hermandad y Primitiva Archicofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén, Nuestra Señora de la Amargura y San Juan Evangelista. A las tres de la mañana se abrieron las puertas de la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad Coronada en una jornada histórica para la hermandad que cumple este año el 400 aniversario del voto de defensa a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. De ahí que luciera un lazo celeste en el estandarte conmemorativo en defensa de la Inmaculada que ha sido pintado en oro y donado por Gonzalo Neva, hermano de la Hermandad.
La hermandad del Nazareno, el Señor de Sanlúcar, estrenaba dos cartelas delanteras y maniguetas en el paso del Cristo y parte del techo de palio de Nuestra Señora de la Amargura. Música de capilla acompañó al señor, alcalde perpetuo de la ciudad, en su recorrido por los Barrios Alto y Bajo de Sanlúcar donde se adentró sólo para hacer Carrera Oficial. El Nazareno llevaba a sus pies dos ángeles sostenedores uno a la derecha con el bastón de Alcalde Perpetuo de la ciudad y otro a la izquierda con una banda con la frase de San Agustin 'La muerte no es nada', como recuerdo de los hermanos y devotos difuntos de la Hermandad. También dos cirios del paso de palio llevaban inscripciones en recuerdo a los hermanos difuntos.
Las saetas volvieron a sonar a primera hora de la mañana del Viernes Santo en el entorno de la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad Coronada, a la recogida de la Amargura. Entre lágrimas de su capataz y costaleros, la imagen se recogía despidiéndose de Sanlúcar hasta el próximo año con sentidas dedicatorias a quienes formaron parte de la Hermandad y este año no han podido acompañarla.
