La consecución del título mundial de clubes por parte del Real Madrid puso el broche a un curso 2016 en el que el conjunto blanco y el Barcelona reinaron con sufrimiento y el Sevilla hizo historia al revalidar la corona de la Liga Europa.
El equipo del francés Zinedine Zidane puso la guinda en Yokohama a un año en el que se alzó con la Undécima Copa de Europa en Milán ante el Atlético de Madrid en los penaltis y en la prórroga la Supercopa continental en Trondheim frente al Sevilla, que había ganado la Liga Europa ante el Liverpool en Basilea.
Mientras, en casa, el Barcelona ganó con apuros la Liga por vigésimo cuarta vez, en la Copa confirmó, también en el periodo adicional, su condición de rey de copas al sumar su vigésimo octavo título ante el Sevilla e hizo lo propio en la Supercopa con la duodécima corona al superar al cuadro andaluz.
Al amparo de su tridente -la MSN-, Messi, Suárez y Neymar, y de la batuta de Andrés Iniesta el equipo de Luis Enrique dominó en el torneo de la regularidad. Pero tuvo que ganar la Liga dos veces. Días después del fallecimiento de toda una referencia para el fútbol mundial como Johan Cruyff, la derrota en el Clásico del 2 de abril en el Camp Nou fue como un cataclismo que le hizo perder toda la ventaja que tenía acumulada.
El Atlético de Madrid e incluso un renacido Real Madrid forzaron la máquina y estuvieron cerca de llevarse el título. El uruguayo Luis Suárez, con sus cuarenta goles -catorce en cinco partidos, y la versión más asociativa de Messi acabaron por guiar a los azulgrana para coronarse en la última jornada en el Nuevo Los Cármenes de Granada y hacerse con el título con un punto de ventaja sobre la escuadra de Zidane y tres respecto a la de Diego Pablo Simeone.
En el torneo del k.o., la prematura eliminación del Real Madrid por alineación indebida en Cádiz de Denis Cheryshev y la posterior del Atlético contra el Celta, dejó el camino libre al Barcelona y al Sevilla, que dirimieron la final en el Vicente Calderón.
Tuvo el partido de cara el Sevilla con la expulsión del argentino Javier Mascherano, pero no aprovechó sus ocasiones y lo pagó muy caro. El también argentino Ever Banega vio también la roja al final y en la prórroga, con las fuerzas igualadas, sentenció Jordi Alba y el brasileño Neymar puso el definitivo 2-0.
El Barcelona completó su triplete nacional en agosto al hacerse con la Supercopa. Ganó 0-2 en el Ramón Sánchez Pizjuán con goles de Luis Suárez y Munir y en la vuelta remató la faena con un 3-0 gracias a un doblete del turco Arda Turam y una diana de Messi.
La gran mácula azulgrana este año llegó en la Liga de Campeones. Volvió a encontrarse con el Atlético de Madrid y volvió a caer eliminado. Ganó 2-1 en la ida, pero en la vuelta en el Calderón un doblete del francés Antoine Griezmann frustró su defensa del título.
El Atlético, intachable y eficaz, se dispuso a soñar de nuevo y lo rubricó al eliminar al Bayern Múnich por el valor doble de los goles en campo contrario (1-0 y 1-2) gracias a un tanto del delantero galo en el Allianz Arena.
Por el otro lado del cuadro, el Real Madrid emergía bajo el influjo de la magia serena de Zidane, que había reemplazado a Rafa Benítez a principios de año. Crecía en la Liga y se sostenía en Europa con algún apuro, pues en cuartos se vio obligado a remontar un 2-0 ante el Wolfsburgo, que cayó en la vuelta en el Bernabéu por 3-0 con un triplete de Cristiano Ronaldo.
De nuevo se presentó una final Real-Atlético, como en 2014 en Lisboa. Ahora el escenario era el emblemático Giuseppe Meazza milanés. El equipo de Simeone parecía llegar mucho mejor preparado y más potente ante un eterno rival más justo de juego y poderío.
Durante los 90 minutos se invirtieron los papeles. En esta ocasión se adelantó el Real Madrid por medio de Sergio Ramos. No remató el cuadro de Zidane y el Atlético reaccionó, aunque en su caso empató antes que los blancos en Lisboa por medio del belga Yannick Carrasco.
Y tuvo la final en su mano el conjunto rojiblanco. Más fresco, no optó por ir a por el partido ante un Real roto físicamente, con lo que las tablas fueron inamovibles y el título se tuvo que dirimir en los penaltis. Ningún pupilo de Zidane falló. Juanfran Torres, que había marcado el último ante el PSV Eindhoven en octavos, lo mandó al palo. Cristiano Ronaldo, la gran figura madridista, se apropio en el tiro definitivo de la corona y llevó la Undécima a las vitrinas del Bernabéu.
Espectacular el Sevilla
El Sevilla, dirigido por Unai Emery, que se 'ganó' el fichaje por el París Saint Germain, rubricó un nuevo doblete del fútbol español en la Liga Europa, su torneo, al que llegó procedente de la Liga de Campeones tras acabar tercero de su grupo.
Fue una decepción no continuar en la principal competición europea, pero el equipo hispalense demostró tener un idilio con la Liga Europa, donde no tuvo un camino fácil y tuvo que superar al Molde, al Basilea, al Athletic (en los penaltis) y al Shakhtar Donetsk.
En la final del estadio St. Jakob Park de Basilea, con el Liverpool -verdugo del Villarreal- como rival, tuvo que remontar el golazo de Daniel Sturridge en una segunda mitad pletórica, en la que un tanto del francés Kevin Gameiro y un doblete de Coke Andújar significaron el 3-1 que hacía historia. El Sevilla se convirtió en el primer equipo en ganar tres veces seguidas la Liga Europa y extendió su dominio a cinco coronas -añadidas las dos Copas de la UEFA-.
De paso se ganaba el acceso a la Supercopa de Europa otra vez ante el Real Madrid, final que tuvo lugar en el Lerkendal de Trondheim y que tuvo de nuevo a Sergio Ramos como gran protagonista, al forzar la prórroga en la prolongación con un remate salvador.
El Sevilla saboreaba la victoria con un 1-2, pero emergió su exjugador para formar las tablas y enviar la contienda al tiempo añadido. Y también en el último minuto el Real Madrid demostró que hasta el final nunca se rinde y un gran gol del canterano Dani Carvajal le dio a los blancos su tercera Supercopa continental.
El conjunto de Zinedine Zidane rubricó el año con la triple corona internacional en el último torneo, el Mundial de Clubes, y para no ser menos también precisó la prórroga ante el sorprendente Kashima Antlers, que rozó la victoria.
En un gran partido de Karim Benzema volvió a aparecer el instinto matador de Cristiano Ronaldo para resarcirse de un partido discreto y finalmente obtener un triplete -dos dianas en la prórroga- con el que firmaba el definitivo 4-2 que le daba al Real el segundo Mundial de Clubes que se suman a las tres Copas Intercontinentales.
El Real Madrid ha batido su récord de partidos seguidos sin perder. La racha, que permanece abierta, se extiende a 37 encuentros. Está a dos del Barcelona de Luis Enrique. Zidane es la gran irrupción del año en los banquillos del fútbol español junto a la llegada al Sevilla del argentino Jorge Sampaoli. Por contra, Unai Emery salió al París Saint Germain.
Si en el ámbito de clubes el fútbol español volvió a exponer su jerarquía, la selección nacional entregó la corona continental en la Eurocopa de Francia que acabó llevándose, por primera vez en su historia, Portugal pese a la temprana lesión en la final de Cristiano Ronaldo.
Tras la mala participación en el Mundial de Brasil 2014, el equipo de Vicente del Bosque llegaba a la Euro con mejores sensaciones pero sin el juego ni la solidez que le hicieron coronarse en el Mundial de Sudáfrica 2010 y en las Eurocopas de 2008 y 2012.
Ganó sin grandes alardes a la República Checa (1-0), con claridad a Turquía (3-0) y en el último partido de su grupo sufrió la remontada de Croacia (1-2) pese a adelantarse con gol de Álvaro Morata, con lo que pasó como segunda y se vio obligada a medirse a Italia en la reedición de la anterior final.
Los 'azzurri', comandados por Antonio Conte, se tomaron la revancha de las dos Eurocopas precedentes y con un dispositivo perfecto anularon en Saint Denis las virtudes de la Roja y explotaron sus defectos para ganar por 2-0 y plantarse en cuartos.
Del Bosque decidió poner fin a su periplo al frente de la selección nacional y la Federación se decantó finalmente por Julen Lopetegui para dirigir los destinos de la Roja. El exguardameta, que debutó con un triunfo de prestigio en Bélgica (0-2), por el momento permanece invicto y tiene bien encaminada la fase de clasificación para el Mundial de Rusia 2018.
Fueron unos días intensos en la sede federativa en Las Rozas dentro de un año convulso en los despachos a causa, principalmente, de la convocatoria de las elecciones, que aún no han tenido lugar, y a las que acudirán en principio de nuevo Ángel María Villar y el ya exsecretario general Jorge Pérez.
Villar también estuvo en la carrera a la presidencia de la UEFA, pero definitivamente se decantó por no presentarse y optar al seguir al frente de la RFEF.
Para los anales quedará también este año el anuncio del nombre del nuevo estadio del Atlético, el Wanda Metropolitano, al que debe 'mudarse' la próxima temporada, y el polémico cambio del escudo del club, y los doce negros meses de un Valencia que no acaba de levantar cabeza y pasa por momentos más que delicados en lo institucional y en lo deportivo.
En el plano individual, Messi recibió a principios de año el Balón de Oro de la FIFA de 2015 y Cristiano Ronaldo a finales el de 2016, ahora ya bajo el auspicio en solitario de la publicación francesa 'France Football'. El marcador entre ambos es ya de cinco para el argentino y cuatro para el luso, que se perfila favorito para estrenar el palmarés de 'The Best', nuevo nombre de los galardones que concede el máximo organismo futbolistico mundial.
Mientras tanto, Luis Suárez se hizo con su segunda Bota de Oro que reconoce al máximo artillero de las ligas europeas al acabar LaLiga con 40 dianas.