El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva rechazó hoy la denuncia por corrupción y lavado de dinero de la Fiscalía y, en un irónico y largo pronunciamiento de marcado carácter político, dijo que si le prueban algún delito irá caminando hasta la comisaría para su detención.
Lula era el hilo común y necesario entre el esquema político y de gobierno"Prueben e iré caminando para ser detenido en Curitiba", afirmó el ex jefe de Estado al citar la ciudad desde donde la Fiscalía lidera las investigaciones sobre el gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera Petrobras.
"Estoy a entera disposición de las personas serias en la Fiscalía, en la Policía y en la Justicia. Cuando viole una ley que me sancionen para servir de ejemplo, pero, cundo no viole nada, que busquen a otro para crearle problemas", agregó en un discurso de casi una hora en el que lloró varias veces y evocó su origen humilde y las dificultades que superó en su vida.
La Fiscalía presentó el miércoles cargos por corrupción y lavado de dinero contra Lula por supuestos favores de una de las empresas condenadas en la investigación de la trama de Petrobras.
Según el expresidente, que fue acusado de ser el "máximo comandante de la red de corrupción en Petrobras", la Fiscalía no presentó ninguna prueba en su contra y se basó en "convicciones" de los fiscales.
"No me puse bravo porque no entendí lo que estaba ocurriendo. No entendí por qué habían convocado una rueda de prensa para presentar un crimen y terminar diciendo que no tenían pruebas sino convicción", denunció Lula, arropado por dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) y de movimientos sociales y sindicatos.
"Hoy vivimos un momento en Brasil en que la lógica ya no es el proceso ni las pruebas sino el titular. A quién vamos a criminalizar a quién vamos a demonizar con el titular. Y está ocurriendo eso desde 2005, cuando el PT comenzó a ser perseguido. Están haciendo eso conmigo y lo hicieron con Dilma" (Rousseff), aseguró en alusión a su ahijada política y sucesora, destituida de la Presidencia hace dos semanas.
El proceso en su contra, reiteró Lula, partió de una "mentira" sobre la supuesta propiedad de un apartamento en la playa, del que no tiene papeles y que insisten en presentar como suyo.
"Si no saben qué hacer, pídanle disculpas a Lula. No es difícil. Yo lo hago siempre. Pero no sigan inventado cosas para intentar justificar la primera mentira. Es lo único que pido", dijo.
De acuerdo con la Fiscalía, una de las constructoras condenadas por desvíos en Petrobras compró, reformó y amuebló un apartamento de tres pisos en la playa para que fuera usado por la familia de Lula.
"Me atribuyeron un apartamento que no es mío y me acusaron de ser el comandante mayor, pero tengo la convicción de que quien mintió va a tener que construir otra versión para seguir atacándome", insistió.
Aunque no citó específicamente que la denuncia también se extiende a su esposa, Marisa Leticia, Lula pidió respeto para su familia y admitió haberse sentido humillado cuando la Policía invadió su casa y la de sus hijos para cumplir una orden de registro en la que levantaron hasta su colchón y se llevaron las tabletas de sus nietas.
"Mis acusadores y la prensa construyeron una mentira y, tras la destitución de Dilma y como si fuera una novela, quieren darle una conclusión, que sería acabar con la vida política de Lula", afirmó al atribuir las acusaciones a una campaña para impedirle disputar las elecciones presidenciales de 2018.
En su opinión, la denuncia en su contra y la destitución de Rousseff son parte de una reacción de sus adversarios al éxito de su Gobierno en la lucha contra la pobreza.
"Soy consciente de que mi fracaso habría agradado a mis adversarios. Lo que despertó la ira fue el éxito de un Gobierno que ejecutó la mayor política de inclusión social del país", dijo.
Aseguró que tampoco le perdonaron por la elección de la primera mujer como presidente de Brasil y comenzaron a inventar mentiras hasta conseguir "dar un golpe (de Estado) tranquilo y pacífico sin militares en la calle, sin cañones", agregó.
También Rousseff salió hoy en defensa de su padrino político para denunciar, a través de su cuenta en una red social, que no hay pruebas en su contra y que el objetivo es impedir la candidatura presidencial de Lula en 2018.