Cientos de personas se han manifestado en México a favor de las relaciones entre personas del mismo sexo. La marcha convocada bajo el eslogan “Todas las familias, todos los derechos”, se ha dirigido a la Catedral Metropolitana y desde allí se ha leído un escrito que será enviado al Papa Francisco pidiendo la destitución del cardenal Norberto Rivera “por promover el odio a la comunidad homosexual”.
Christian Galarza, portavoz del movimiento, ha resaltado que la marcha ha sido pacífica y que ha tenido como objetivo reclamar que se respete la laicidad del Estado.
Asimismo, ha cargado contra Rivera, al que ha acusado de “estar utilizando el poder que le da la Iglesia en México para dividir a la sociedad”, según ha informado el diario local ‘El Universal’.
El sábado, miles de mexicanos marcharon en contra de una iniciativa del presidente, Enrique Peña Nieto, que contempla reconocer legalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo, en un país de marcada tradición religiosa.
En estados del centro y sur del país, como Querétaro y Puebla, se estima que unas 52.000 personas participaron en la movilización, entre ellos representantes de organizaciones de la sociedad civil e integrantes de distintos credos religiosos.
“Al menos aquí en Querétaro creo que fue algo inédito, el despertar de la sociedad queretana en defensa de la familia, de los matrimonios naturales entre un hombre y una mujer”, señaló José Alcántara, integrante del Frente Nacional por la Familia, un organismo social que organizó la marcha.
En el caso de Puebla, uno de los estados más católicos del país, se concentraron cerca de 12.000 personas.
Según un comunicado de prensa, difundido a través de la cuenta oficial de Facebook del Frente Nacional por la Familia, dijo que cerca de 304.600 personas asistieron a las diversas marchas que se realizaron en 16 ciudades mexicanas.
En mayo, Peña Nieto firmó una propuesta que incluyó reformas a la ley para impulsar el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo cual ha generado reacciones de rechazo, especialmente de líderes religiosos.
El último censo de población realizado en México en 2010 mostró que las personas declaradas católicas disminuyó a un 83,9 por ciento desde el 88 por ciento del 2000. Una cifra lejana al 96 por ciento de 1970 y que muestran la tendencia a la baja que indica que en menos de tres décadas los católico en México representarán un 67 por ciento.