Una operación de la Agencia Tributaria (AEAT) y la Policía Nacional, con la colaboración del Ministerio del Interior de Bulgaria, ha permitido desmantelar una red de contrabando de tabaco, incluida la localización de tres fábricas clandestinas, en las provincias de Málaga, Toledo y Salamanca, y la incautación de 39 toneladas de tabaco picado y y varios millones de cigarrillos, una mercancía valorada en 7,1 millones de euros. El fraude fiscal derivado se estima en 5,7 millones de euros.
Según han informado la Policía y la AEAT, en la operación han sido detenidas 22 personas, 20 de nacionalidad búlgara y dos de nacionalidad española. Doce de los detenidos lo han sido en Toledo, otros nueve en Málaga y uno más en Salamanca.
La organización trasladaba clandestinamente la hoja de tabaco y la maquinaria desde Bulgaria para realizar la fabricación ilegal en España, en tres naves en las que se realizaban 'campañas' de producción más o menos cada dos meses. Las fábricas podían producir unos 11 millones de cigarrillos por semana.
Además del tabaco incautado, que incluye 260.656 cajetillas y 207.000 cigarrillos sin empaquetar, se ha intervenido diversa maquinaria para todo el proceso de producción, cartonaje y leyendas sanitarias de distintos países. La organización había convertido las tres naves en burbujas, aisladas del exterior y sus trabajadores pernoctaban en ellas para no ser detectados.
La operación comenzó a mediados de octubre de 2014, cuando la Policía Nacional recibió información procedente del Ministerio del Interior de Bulgaria sobre la existencia de un grupo organizado de origen búlgaro asentado en España.
Las autoridades búlgaras alertaban que los integrantes de este grupo podrían dedicarse a actividades que podrían ser constitutivas de delitos de contrabando, contra la propiedad industrial, blanqueo de capitales, pertenencia a organización criminal y contra la Hacienda Pública. El líder de la organización la dirigía desde Bulgaria.
La red transportaba tabaco a granel oculto, desde Bulgaria a España, con camiones de su propia empresa, y utilizaba naves industriales para almacenarlo, convertirlo en cigarrillos y venderlo en cajetillas.
TRES NAVES INSONORIZADAS
Las tres naves estaban perfectamente acondicionadas con habitáculos para la estancia de los miembros de la organización trabajadores (camas, aseos, duchas) y una zona común con cocina y comedor. Los miembros de la organización trabajadores vivían en el interior de las naves en total clandestinidad mientras duraba la 'campaña', con las puertas cerradas por fuera con cerraduras de seguridad, las ventanas totalmente tapiadas, e incluso en la nave de Toledo fueron hallados dispositivos de inhibición de la señal de telefonía móvil, para impedir que los trabajadores no se pudieran comunicar con el exterior.
Además, contaban con sistemas de insonorización para evitar que el ruido de las máquinas, extractores y generadores de corriente fueran detectados en el exterior; sistemas de refrigeración y extracción de humos para que los trabajadores no respirasen las partículas que se generan en la producción del tabaco, ya que las ventanas estaban también tapiadas e insonorizadas.
Tanto en el interior como en el exterior de las naves había cámaras de seguridad conectadas en red, evitando que las imágenes quedaran registradas en ningún sistema de almacenamiento.
500 TONELADAS DESDE 2015
Desde el año 2015 se han incautado en España un total de 500 toneladas de tabaco preparado para la elaboración --industrial o artesanal-- de cigarrillos, lo que supone un fraude fiscal evitado de alrededor de 80 millones de euros a fabricación ilegal de cigarrillos es un fraude que se ha extendido por toda la UE, significando perdidas enormes en los presupuestos nacionales y de la Unión Europea.
Desde 2005 hasta la fecha se han desmantelado más de 150 fábricas ilegales instaladas dentro de la Unión Europea, en su mayor parte en países comunitarios del Este de Europa.
El tabaco de contrabando tiene además otros perjuicios añadidos, ya que se trata de procesos que se realizan en la clandestinidad sin que se tengan en cuenta normas de control de calidad, o de higiene en la manipulación o el almacenamiento del producto sin garantías de que no se produzca la mezcla con otros productos nocivos, etc...).
La operación ha sido desarrollada conjuntamente por la Agencia Tributaria y por el Cuerpo Nacional de Policía, y en ella han intervenido, por parte de la Agencia Tributaria, funcionarios de los servicios centrales de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria, y de las unidades de Vigilancia Aduanera de Madrid, Salamanca y Málaga; y, por parte de la Policía Nacional, agentes de la Comisaría General de Policía Judicial y de la UDYCO Costa del Sol de Málaga, GOIT, GOES de Málaga y las UPR de Salamanca y Toledo.