El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, dejó ayer claro durante el pleno ordinario que no se incluirá ninguna cláusula de subrogación en el futuro pliego de licitación de la concesión del espacio que actualmente ocupan el restaurante La Raza y el Bar Citroën si el informe del secretario municipal dice lo contrario. “No voy a prevaricar”, decía el alcalde para defenderse de las presiones de PP, Ciudadanos e IU para que el futuro adjudicatario asuma la plantilla de las empresas afectadas, y eso a pesar de que había perdido la votación.
Esos tres partidos fueron los que apoyaron el tercer punto de la moción de Ciudadanos sobre el futuro de La Raza y el Bar Citroën, cuyos contratos de arrendamiento se han declarado extinguidos aunque el grupo propietario del primero ya ha presentado un recurso, por vía administrativa, contra esta decisión, conflicto que muy probablemente terminará en los tribunales. El punto contó con la oposición del PSOE y con la abstención de Participa.
Tampoco recibió el apoyo del PSOE pero sí de los cuatro grupos municipales restantes, por lo que salió adelante, el punto que solicitada un “periodo transitorio” a los titulares actuales para mantener la actividad durante el tiempo de la tramitación del nuevo expediente de adjudicación.
Ante las dos votaciones perdidas, Antonio Muñoz, portavoz del PSOE, mostraba su “duda lógica” sobre la votación, al ser una “injerencia clara” en las funciones de la junta local de Gobierno, mientras el secretario tiraba de jurisprudencia avisando de que podían incurrir en “vicio de nulidad” al no incorporarse los informes preceptivos previos al debatirse sobre el contenido de un pliego de contratación.
Los socialistas perdían las votaciones de esos dos puntos de la moción pero sí aprobaban la del mantenimiento del uso hostelero a esos espacios, extremo que nunca se ha puesto en duda por parte del equipo de Gobierno municipal, aunque sí que se abstenía Participa, que considera que debe haber un debate de participación ciudadana sobre los usos de esos espacios.
Protestas
El debate sobre la subrogación de las plantillas de estas dos empresas privadas se producía en el mismo pleno en el que han planeado otras exigencias laborales y de la propia casa consistorial. Así, la plantilla de los Puntos de Información de la Mujer fue una de las expulsadas del Pleno, en el que exigían estabilidad y celeridad en las contrataciones.
Ya fuera del salón de Plenos, ante las puertas del Ayuntamiento, volvían a concentrarse para que se declare “esencial” el Servicio de la Mujer y todos los programas y servicios prestados desde él, de forma que, al estar sostenido sólo por el Ayuntamiento, “no dependiera de fondos de la Junta de Andalucía”.
Algo más lejos, ante las puertas del palacio de los Marqueses de la Algaba, se concentraban las secciones sindicales del Ayuntamiento y trabajadores del Área de Participación Ciudadana para “protestar por la falta de personal en los centros cívicos y distritos municipales”, y a favor de un “servicio público de calidad”, así como del “empleo y la contratación en participación ciudadana”.
Y lo que sí se aprobó pero sólo con el apoyo del PSOE y gracias a la abstención de PP, Ciudadanos e IU (Participa se abstuvo), es la creación de la la plaza de jefe de la Policía Local, tras la amortización de otra.