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Jerez

Poner a Jerez en valor

Jerez tiene que apostar desde ya por un modelo de ciudad y si la apuesta va a ser el turismo habrá que apostar por él de verdad, sin medias tintas

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Mientras que Jerez se convertía el sábado tarde en una fiesta por mor del mundial de motos, uno calentaba la lengua en un acto social con un jerezano que vive, por su trabajo como ejecutivo de una gran superficie, fuera de Jerez desde hace ya varios años. Pero no pierde su contacto familiar y humano con la ciudad que le vio nacer en uno de esos nuevos barrios que comenzaron a gestarse a comienzos de los 70. Y me confesaba que Jerez tiene que apostar de una vez y por todas por un modelo de ciudad. La industria, desafortunadamente, desapareció pero queda el turismo y si se quiere hacer del turismo el vagón de enganche de los más de treinta mil parados que en la ciudad son hace falta apostar de verdad y sin medias tintas. Habrá que buscar, me decía, el dinero debajo de las piedras si es preciso para darle calor y color a barrios tan emblemáticos como San Mateo o Santiago, con la apertura cultual, y también, por qué no, cultural del templo parroquial, una auténtica joya, sin olvidar a San Miguel claro está. Me decía que habrá que habría que volcarse con el flamenco como industria propia y, en eso, parece que Francisco Camas, el delegado de Cultura, sí va a apostar fuerte en los meses de verano, aunque es una programación que tiene su arranque con un Festival de Jerez, al que habrá que seguir potenciando al máximo, y terminando con las zambombas que no son lo que fueron en mi niñez pero a las que se le está sacando rédito y eso es importante. Jerez tiene que apostar por ponerse en valor en lo turístico como arma para luchar contra el paro. Y, por eso, cuando el Gran Premio terminó con unas declaraciones numéricas que a todos sorprendieron yo quiero apostar por desligarme de la guerra de números y centrarme en un Jerez que se ha mostrado lejos de esa ciudad sin ley que fue antaño pero que ha recibido a miles y miles de moteros, a miles y miles de visitantes que se han dejado aquí sus euros y que la marca Jerez, que al fin y al cabo es lo que importa,  se sigue proyectando al mundo mundial y si hay limar asperezas con los mandamases de las dos ruedas que se limen porque, números al margen, Jerez es la capital mundial.  

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