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Chiclana Natural acomete el tratamiento invernal contra la oruga procesionaria

Los parques y espacios públicos, centros escolares y especímenes de pino del casco urbano serán tratados contra esta plaga que debilita el arbolado afectado y provoca riesgo de urticaria en personas

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La Delegación Municipal de Medio Ambiente, a través de Chiclana Natural, comenzará en los próximos días a aplicar el tratamiento contra la oruga procesionaria del pino. Con ello el área que dirige el edil Joaquín Páez pretende minimizar, en la medida de lo posible, las molestias que acarrea esta plaga endémica, sobre todo en las áreas más próximas a los núcleos residenciales.

Los trabajos se desarrollan en pinares públicos como los de Los Guisos, El Hierro, La Barrosa, Santa Ana, Costa Sancti Petri, así como en viarios con presencia de ejemplares de pino piñonero como los que transcurren por el Pinar de los Franceses, Mogarizas, Las Rapaces, El Pleito, Coto San José o calle Espartina entre otros. Los ejemplares existentes del casco urbano también se someten a desinfectación. 

El tratamiento de la oruga se aplica en varias fases del crecimiento. En esta época del año, cuando ya se encuentra en su fase adulta, se emplea un insecticida específico de escasa toxicidad y el bajo impacto ecológico.

Páez destaca la importancia de estos trabajos por cuanto “los pinares constituyen un valor medioambiental a preservar en la ciudad, tanto por su valor natural como por su uso y  posibilidades de disfrute de los ciudadanos. Si a ellos sumamos que la procesionaria puede llegar a suponer una molestia para el ser humano, y para la integridad de los propios árboles, es evidente que tenemos que seguir apostando por estos tratamientos programados”. 

Las molestias a las que alude Páez se manifiestan en forma de urticarias y alergias en personas y animales domésticos. Las orugas están recubiertas por unos filamentos urticantes que se dispersan y flotan en el aire, produciendo irritación en piel, ojos y nariz. En las zonas de pinares, como el extrarradio costero de la localidad, este tipo de incidencias se prodigan en  mayor número.

En cuanto a la incidencia que la oruga tiene en el propio pinar, destacar que se alimenta en invierno de las acículas de los pinos, provocando que éstas se sequen y caigan. El daño más importante lo hacen desde el final del invierno hasta mitad de primavera, cuando las orugas son más grandes y voraces. La defoliación rara vez produce la muerte de los pinos pero los debilita en gran medida, facilitando el ataque posterior de otras plagas. Los pinos pequeños sí se pueden llegar a secar.

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