Cincuenta y seis agentes y siete manifestantes resultaron heridos anoche en Tel Aviv en la segunda jornada de protesta en cuatro días contra la excesiva violencia de los policías hacia miembros de la comunidad de origen etíope y la discriminación por las autoridades, informaron fuentes policiales.
Además, 43 manifestantes fueron arrestados en el curso de los violentos enfrentamientos, que tuvieron por escenario la emblemática Plaza Rabin, donde se desarrolló una auténtica batalla campal, añadieron las fuentes.
La Policía israelí recurrió a la fuerza cuando varios miles de participantes se trasladaron hacia el edificio de la alcaldía y después de dos horas de protesta trataron de abrirse camino hacia el interior, informaron medios locales.
Los agentes emplearon gas pimienta y gas lacrimógeno para hacer retroceder a los manifestantes, lo que acrecentó aún más la tensión y los enfrentamientos.
El jefe de la Policía israelí, Yohanán Danino, dijo al Canal 10 de la televisión que sus agentes actuaron con "contención" y trataron de negociar en todo momento con los organizadores una salida, pero que en cualquier caso se trataba de "una concentración no autorizada".
Las tensiones estallaron el pasado 26 de abril con la difusión por internet de un vídeo casero en el que dos agentes policiales blancos arrestaban violentamente y con un excesivo uso de la fuerza a un emigrante etíope en la ciudad de Holón.
Sin embargo, según los portavoces de la protesta con la salida a las calles lo que quieren en realidad es expresar su descontento por el "racismo" y la "discriminación" de las que son objeto por las autoridades y la población del país.
"El 70 % de los etíopes han sido concentrados en guetos en 17 localidades, creando tensiones con el resto de la población, y desde que nos colocaron allí no se acuerdan más de nosotros", dijo Avi, uno de los miembros de la comunidad.
Los judíos etíopes, descienden, según algunas interpretaciones más románticas que reales, de los amoríos del bíblico rey Salomón con la reina de Saba.
Llegaron a Israel en dos puentes aéreos secretos en las pasadas décadas de los ochenta y noventa.
Por las astronómicas diferencias culturales y el color diferente de su piel, la aclimatación de este colectivo resultó en un rotundo fracaso por parte de las autoridades, con índices de alcoholismo, violencia familiar, desempleo y pobreza de los más altos del país.
La protesta de ayer, que seguía a otra en Jerusalén no menos violenta el jueves, comenzó a primera hora de la tarde a la entrada sur de la ciudad, cuando los manifestantes bloquearon la principal autopista de Tel Aviv a la hora de salida de los trabajos, lo que provocó atascos kilométricos durante varias horas.
Después marcharon hacia el centro conforme se iban agregando manifestantes y por la noche la situación se descontroló.
Fuentes de la policía israelí indicaron que los participantes arrojaron piedras, palos, botellas y todo tipo de objetos contundentes a los agentes, lo que obligó a su disolución por la fuerza.
Dani Adino Abeba, un periodista del rotativo Yediot Aharonot y miembro de ese colectivo, escribió que la queja contra "la violencia policial es sólo la punta del iceberg", y que las protestas de los últimos días son "un hartazgo acumulado durante los últimos 30 años" en los que el resto de los israelíes nunca les han visto realmente "como iguales".
Treinta años después de la llegada de los judíos etíopes a Israel, los manifestantes que en los últimos días han alzado su voz pertenecen a la segunda generación, es decir, nativos israelíes que han prestado servicio en el Ejército y que están guiados por un grupo de jóvenes dirigentes con estudios universitarios y conocedores de sus derechos ciudadanos.