Irán confía alcanzar con Occidente un acuerdo para el desarrollo pacífico de su programa nuclear que permita levantar las sanciones impuestas sobre su país, un hito que ve factible y realizable tan pronto como la próxima semana, aunque se muestra cauteloso a la hora de darlo por hecho.
La última ronda de negociaciones en Ginebra entre Irán y el Grupo 5+1 compuesto por EE.UU, China, Francia, Reino Unido y Rusia, además de Alemania, terminó con ambas partes reconociendo importantes avances y la cercanía de un pacto, la primera vez que eso ocurre desde que en 2013 se iniciaron las conversaciones por este tema.
La semana entrante en Lausana, Suiza, los equipos negociadores de ambos bandos se reunirán de nuevo para seguir con esta dura tarea y lograr cumplir con los plazos que se impusieron para obtener un acuerdo marco antes de fin de marzo que permita avanzar hacia un compromiso definitivo antes del 30 de junio.
Este encuentro se producirá en un extraño momento, ya que desde el inicio de la Revolución Islámica en Irán en 1979, nunca antes los respectivos gobiernos de Teherán y Washington han tenido tantos rivales comunes como intereses tan próximos: Israel y la derecha estadounidense, los más beligerantes enemigos de un acuerdo nuclear por un lado, y los terroristas del Estado Islámico, a los que ambos combaten con las armas en Irak, por otro.
En las últimas semanas, medios iraníes de todos los sectores -desde los más reaccionarios hasta los reformistas partidarios del presidente Hasán Rohaní-, han destacado la cercanía de un pacto.
Las únicas dudas estriban en el grado de confianza que se debe tener con EE.UU y en el lenguaje más o menos duro que se emplea con el hasta hace poco denominado "gran Satán" y sus instituciones, a las que el propio Líder Supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, calificó recientemente de "expertos en apuñalar por la espalda".
"Parece que las negociaciones han pasado un punto delicado y complicado. El tema ya solo parece ser garantizar la aplicación del acuerdo, pero EE.UU. no ofrece ninguna garantía, y menos con las diferencias que hay entre el presidente (Barack) Obama y el Congreso. Hay allí una brecha y nosotros debemos ser cuidadosos", afirmó a Efe el analista político Hosein Kananí Moqadam.
En este punto, la preocupación se centra en que para llegar a un pacto "todas las sanciones deben eliminarse completamente", tanto las impuestas por Naciones Unidas como las unilaterales adoptadas por la UE y EE.UU.
"Así, en cuanto ellos digan que el Congreso de EE.UU. debe aprobar algo de esto, está claro que no se llevará a cabo ningún acuerdo", añadió.
Del mismo modo, Mohamad Marandí, decano de la Facultad de Estudios del Mundo de la Universidad de Teherán, coincidió en señalar a Efe que la cautela es la mejor opción para Irán "cuando los senadores de EE.UU. asegura que no se adhieren a los compromisos de su Gobierno".
El académico se refirió así a la polémica nota firmada por 47 senadores republicanos, entre los que se encuentran figuras del partido como Marco Rubio, en la que advertían a los líderes iraníes que un acuerdo con el presidente Obama no tendría que ser respetado por su sucesor.
Marandí consideró que en este caso el pueblo iraní "es muy realista sobre el tema y quiere un buen acuerdo", que respete sus derechos nucleares pacíficos a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales.
"Si no se logra un acuerdo, la nación sabe que el culpable será EE.UU. En mi opinión, la gente también está siendo cautelosa en este tema", señaló.
Lo que sí parece claro en Irán es que los opositores internos a cualquier acuerdo negociado que respete su derecho a una industria nuclear a cambio de salvaguardas para que ésta sea exclusivamente pacífica, no tienen fuerza suficiente para evitar un pacto.
De hecho, Jameneí ya golpeó duramente a este grupo cuando respaldó el diálogo y permitió a Rohaní avanzar con éxito en este campo, un apoyo que volvió a reiterar esta semana, en donde alabó al equipo negociador encabezado por el ministros de Exteriores de Mohamad Yavad Zarif que el lunes retomará las negociaciones por el acuerdo nuclear.