Doce puntos en cuatro partidos de forma consecutiva y sin encajar ni un solo gol en contra. Así dijo adiós Juan Merino como entrenador del Betis este domingo, después del triunfo bético ante el Racing de Santander, que Dani Ceballos y Jorge Molina certificaron. Pepe Mel, nuevo técnico a partir de este lunes, vio el choque en el palco.
Alineación esperada la de Merino en su último encuentro como entrenador interino del cuadro verdiblanco, en la que incluyó a Lorenzo Reyes y Piccini, en sustitución de Xavi Torres y Molinero, sancionados por tarjetas con respecto al once que jugó en Lugo.
Un partido que sin duda, no pudo comenzar de mejor manera, pues dos minutos se cumplían cuando una centro por la derecha de N’Diaye cerca del área pequeña visitante, era rematado por el canterano Dani Ceballos, quien inteligentemente, se adelantaba a su defensor haciendo el primer tanto de la mañana, estrenándose ante el gol con la camiseta del primer equipo.
Momento en el cual, la electricidad inicial con la que saltó al césped del Villamarín el bloque heliopolitano se mantuvo en intensidad; si bien no tanto en manifiestas ocasiones de peligro; pues la zozobra del Racing en el arranque del choque, se fue transformando en una mayor tensión que algún susto de provocó a los locales justo antes del descanso por medio de Mariano Sanz, cuyo esférico, elevó por encima del travesaño tras el error de Bruno en defensa.
No obstante, el Betis se retiró con ventaja mínima en el marcador y mejores sensaciones que en otros encuentros jugados en casa.
Tras la salida de vestuarios, una doble oportunidad a cargo de Rennella y Rubén Castro, pudo aumentar la distancia en el luminoso, pero la zaga cántabra supo atajar sendos disparos evitando el gol.
La pegada bética de otros duelos no acababa de dar sus frutos y Merino movía el banquillo en busca de otras alternativas, quitando en este caso a Rennella y dando entrada al campo a Jorge Molina en la punta del ataque.
El de Alcoy, tuvo la posibilidad de anotar el segundo gol para el conjunto verdiblanco nada más salir en un mano a mano con el meta racinguista sin fortuna, algo que sí conseguiría cuando el descuento ya tocaba a su fin, con una preciosa vaselina que superaba la salida de Mario, cerrando el resultado y la victoria.
Merino, coreado por la grada del estadio durante todo el partido, se despidió manteado por sus propios jugadores en el centro del campo al término de los 90 minutos.