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Italia tiembla, excava y entierra a sus muertos que son ya casi 300

La tierra continúa temblando, aunque con menor intensidad, en la región central italiana de los Abruzos, donde se sigue excavando entre los escombros a la búsqueda de algún superviviente o para extraer nuevos cadáveres, que se unirían a los 293 hasta ahora localizados, dos de ellos ayer.

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  • Un hombre traslada un televisor que ha recuperado de entre los restos de su vivienda en ruinas. -
La tierra continúa temblando, aunque con menor intensidad, en la región central italiana de los Abruzos, donde se sigue excavando entre los escombros a la búsqueda de algún superviviente o para extraer nuevos cadáveres, que se unirían a los 293 hasta ahora localizados, dos de ellos ayer. 

Dos días después de los solemnes funerales de estado celebrados en L’Aquila, el Gobernador civil, Franco Gabrielli, pidió ayer a las personas que en estas fiestas de Pascua tenían previsto acercarse a la ciudad que no lo hagan. 

“No vengáis a L’Aquila, aquí se sigue trabajando. Dejad libres las calles”, dijo Gabrielli en su llamamiento, en el que agregó que los vecinos de la capital de los Abruzos agradecen la solidaridad, pero que no es el momento de “turismo solidario ni de excursiones domingueras”, ya que el trabajo aún no ha acabado, los bomberos, protección civil y otras fuerzas empleadas necesitan espacio “y necesitan tener el camino libre”. 

De igual manera se expresó la policía de carreteras, que invitó a a no viajar a la zona del terremoto, a unos 80 kilómetros de Roma, si no es estrictamente necesario. 

Y es que en L’Aquila y pueblos cercanos afectados se sigue excavando entre las ruinas, muchas casas corren el riesgo de desplomarse y algunas carreteras locales siguen cortadas, mientras no cesan los temblores, aunque de menor intensidad que el de 5,8 grados Richter registrado en la noche del día 6. 

Ayer se registraron tres sacudidas de una magnitud de entre 3,3 y 3,2 grados Richter, que volvieron a desatar el pánico entre los vecinos de L’Aquila, Pizzoli, Fossa y Collimento, localidades entre las que se localizó el epicentro. 

En medio de las sacudidas, los bomberos rescataron ayer los cadáveres de una anciana y de una mujer de unos 50 años entre los escombros de una casa desplomada del centro de L’Aquila, que eleva el número provisional de víctimas a 292, informó Protección Civil. 

Las víctimas vivían en una casa de Vía XX de Septiembre, frente a la Casa del Estudiante, la residencia estudiantil que se desplomó falleciendo varios estudiantes y se ha convertido en uno de los símbolos del terremoto. 

Los bomberos buscan de entre las ruinas a un muchacho de 17 años, hijo de la mujer más joven. 

Conforme pasan las horas, las esperanzas de encontrar personas con vida bajo los escombros se van reduciendo, teniendo en cuenta, entre otras, el frío que reina por la noche en la capital de Los Abruzos, L’Aquila, levantada en las faldas de los Apeninos, donde aún reina la nieve. 

Ayer visitó L’Aquila el presidente del Senado, Renato Schifani, para ver las zonas afectadas y pasar el día con los damnificados, que están alojados en cientos de tiendas de campañas instaladas en las afueras de la ciudad. 

Los nervios entre los alojados en las tendopolis, como han sido ya bautizadas, están más a flor de pie conforme pasan las horas, y ayer una médica voluntaria increpó a Schifani, afirmando que ya están hartos de tanta visita de políticos mientras en las tiendas de campaña se vive en condiciones desesperadas, sin calefacción, baños que no funcionan, etc. 

En las tendopolis comienzan, no obstante, los preparativos de la Pascua, festividad muy arraigada entre los italianos, y en algunas tiendas se están levantado altares para celebrar la misa del Domingo de Resurrección. 

Muchas personas han comprado el tradicional dulce Colomba pasquale para repartirlo entre los niños.

El Papa Benedicto XVI, informó el Vaticano, ha mandado al arzobispo de L'Aquila, Giuseppe Molinari, una cantidad no precisada de dinero para ayudar a los damnificados, así como 500 huevos de Pascua, otro dulce típico de estas fiestas; paramentos litúrgicos y cálices para las misas.

El fiscal de L'Aquila, Alfredo Rossini, pidió ayer a los carabineros que realicen, junto con técnicos, los primeros estudios para verificar con qué materiales se construyeron las casas derrumbadas.

Según dijo el presidente de la Asociación nacional de constructores (ANCE), Paolo Buzzetti, a la prensa local si el cemento armado usado hubiera cumplido las normativas, tendría que haber resistido al movimiento telúrico.

Un ingeniero de Protección Civil, Paolo Clemente, aseguró a los medios locales que el cemento utilizado en algunos edificios no era de calidad y denunció que algunos "malos" constructores utilizan arena de playa que cuesta mucho menos que la arena de cantera.

Clemente puntualizó que el problema de ese uso es que "además de las impurezas que presenta, se trata de una arena llena de cloruro, que con el paso del tiempo carcome el hierro". 

La Unión Europea anunció ayer que enviará expertos a Italia para evaluar la seguridad de los edificios tras el terremoto y las réplicas que han sacudido el centro del país y confirmó que España, Francia, Grecia, Alemania y Suecia ya se han ofrecido a colaborar.

Esta respuesta de la Unión Europea se produce después de que el Gobierno italiano solicitase el envío de al menos ocho expertos comunitarios para ayudar a normalizar la situación tras la catástrofe, señaló la CE en un comunicado.

Además de edificios, el terremoto también ha causado daños en el sector agrícola, que fueron cifrados ayer por la asociación de agricultores "Coldiretti" en cien millones de euros. 

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