El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha reiterado este viernes su determinación a convocar la consulta el 9 de noviembre y ha advertido sobre las proporciones del resultado sea cual sea: "Veremos si las mayorías son suficientemente sólidas tanto si sale 'sí' como 'no".
Lo ha dicho durante el coloquio posterior a su discurso en la XXV Trobada Empresarial al Pirineu, al preguntársele qué puede pasar tras la consulta, y Mas ha añadido que lo importante ahora es poder decidir: "Si no ganamos esta batalla, no podremos afrontar otras más importantes".
Ha asegurado que seguirá ofreciendo acordarla con el Gobierno central, en beneficio de todos: "Seguiremos insistiendo, pero también he de decir que, en cualquier caso, el proceso catalán debe ir adelante, porque el precio de no ir adelante sería muy alto".
"Nadie quiere negociar nada contigo. Lo que se quiere imponer es 'Olvídese de esto, haga una reflexión', y, en vez de decir 'no te arrugues', es 'Haz marcha atrás'!", ha lamentado al referirse a la actitud del Gobierno central.
Ante esa reacción, ha concluido: "Si de lo que se trata es de plantearlo así, entonces esto no es un escenario de diálogo. ¿Convocaremos la consulta en estas condiciones? Pues la convocaré".
Sin embargo, admite que su postura es arriesgada: "¿Lo que estamos haciendo tiene riesgo? Sí, tiene riesgo. Algunos pueden decir que tiene mucho riesgo: quizá sí. ¿Alguien calcula el riesgo de no hacerlo?".
PROYECTO PROPIO
Mas ha explicado que Cataluña tiene un proyecto, que no es para negar nada ni ir en contra de nadie, sino que es uno propio, que requiere unas condiciones diferentes de las de las últimas décadas y unos instrumentos diferentes: "Necesitamos tener unos instrumentos normales para poder llevar adelante nuestro proyecto".
"Hay un porcentaje muy significativo de gente que ha entendido que por la vía tradicional no saldremos adelante, y hace falta un proyecto político diferente, que no niega la relación con España", ha argumentado, y ha incidido en que se está viviendo con serenidad, positivismo, de forma pacífica y apelando a la capacidad de decidir que tiene un pueblo.
Ha añadido que es un proyecto definido, que tira adelante, con el deseo de encontrar en el otro lado un clima que permita acordar las cosas "sin renunciar a los proyectos básicos de fondo", como se hace en otros países, aunque de momento no hay respuesta, ni clara ni positiva, más allá del enrocamiento.
También ha dicho que un país no necesita un gran tamaño para funcionar bien, ya que las economías más competitivas y con un Estado del Bienestar más sólido de Europa son los países nórdicos, Holanda y Alemania: "Muchas son economías pequeñas, pero son más competitivas por su calidad democrática, porque son más manejables y porque tienen economías más estructuradas".