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San Fernando

“El flamenco es un activo pero si quieres ganar tienes que invertir”

Carlos Rey cree que San Fernando tiene artistas para tener un festival que promocione el nombre de la ciudad y ponerlo a la altura del de Camarón.

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Carlos Rey tiene una larga carrera musical desde que se incorporó al grupo EA! y ha actuado por toda Europa y por Sudamérica. Maestro de escuela en la rama de música, dejó el grupo porque no podía atender sus obligaciones como docente en el Centro de Menores de Puerto Real y ahora alterna su trabajo con el empeño de demostrar que San Fernando es una ciudad flamenca, que el flamenco es un activo económico además de cultural y que sólo hay que moverse para poner en marcha eso que le falta, un festival que lleve el nombre de la ciudad a toda la geografía flamenca y que de camino termine de unir los nombres de La Isla y San Fernando, algo fundamental para aprovechar el legado de José Monje Cruz, Camarón de La Isla. Porque es fundamental que pase a ser Camarón, de San Fernando.

—Estuviste en EA!, un grupo que dio que hablar y has tocado con muchos otros artistas.
—Entré con ellos en el 96. Yo tocaba la guitarra pero por aquel entonces se estaba introduciendo el cajón. Yo tenía curiosidad por ese instrumento y una vez fui a un concierto de ellos y les dije que me hicieran uno. Fui a Chiclana a recogerlo y me dijeron que tenían que presentar un disco en Vic, en Barcelona y que el percusionista se había puesto malo y si quería ir. Yo le dije que tocaba la guitarra pero que el cajón no lo había tocado nunca. Pero lo intentamos, ensayamos y me fui a Vic con ellos y ahí empecé la aventura. Grabé cuatro discos con ellos, hicimos canciones y en aquella época también se vino con nosotros a Madrid Antonio Lizana. Por EA! ha pasado también Alcina, uno de los grandes bajistas de San Fernando, Paco Núñez… Han pasado muchos músicos y ellos siguen ahí. Yo los dejé en 2007 por cuestiones de trabajo porque ellos han estado mucho fuera, en el extranjero y ya me venía mal lo de los viajes. Pero fue una aventura que me aportó muchísimo.

—En San Fernando tenemos como referencia a Camarón, Niña Pastori y Sara Baras, pero hay muchos músicos trabajando en buenos grupos, haciendo grandes cosas y sin embargo son desconocidos fuera del ambiente.
—Esos nombres son de artistas pero a su alrededor hay guitarristas, bajistas, compositores, productores, técnicos de sonido… Hay mucha gente que hace un trabajo y que no se conoce. Jesús Guerrero es el guitarrista de Miguel Poveda y es de aquí; Antonio Toledo, que es un guitarrista consagrado; Adriano Lozano, Juani de La Isla que es el guitarrista de El Barrio… Es una tierra que ha dado muchísimos artistas y lo de Camarón no es casualidad. Antes de Camarón también había gente con peso importante, no solamente El Chato, sino guitarristas, María Borrico… En la época de Camarón estaba también Paquito de La Isla, Niño del Parque… Y después de Camarón están Jesús Castilla, Raúl Baneyto, Marisa Sainz, Alberto Sellés… En fin…

—Unos son los referentes que han llegado arriba y son imitados y los demás están debajo, pero por ahora no tenemos gente de primera fila que pueda engordar la lista de grandes nombres.
—Lo de ser músico es a veces un poco injusto…

—Ingrato.
—Sí. A un médico se le respeta por el simple hecho de ser médico, sea un cirujano o un médico de pueblo, pero es médico. Un músico si no juega en primera división se le dice “a ver si tiene suerte..”. Y resulta que ese señor lleva veinte años trabajando y le va perfectamente, tiene su casa, sus hijos, su coche… Pero parece que el músico si no está arriba es como si no existiera. Y hay mucha gente trabajando en un nivel bastante aceptable y que viven dignamente de su trabajo. Sí es verdad que el problema de la música es la inestabilidad, que unos meses son muy buenos y otros regulares. Por ejemplo, nuestras vecinas de Chiclana, Las Mónicas, no son el Madrid y el Barcelona pero están en primera división y trabajan mucho. Yo he tocado mucho con ellas, seis o siete años, y con el percusionista Epi Pacheco, de San Fernando e hicimos una fusión Chiclana-San Fernando que funciona muy bien.

La época de EA!, la década de los noventas, fue la época de la ruptura con el flamenco ortodoxo, que sin dejar de haber gente que hiciera ese flamenco, sí hubo una explosión de creatividad por parte de los jóvenes. Sacaron los pies del plato y se demostró que había mucho talento.
—Mucho talento y que afectó a toda la península. Siempre se ha identificado el flamenco con Andalucía pero por ejemplo en Cataluña hubo buenos grupos, salió después Muchachito Bombo Infierno, antes de la muerte de Camarón estaba Ike Camas… Yo siempre he dicho que La leyenda del tiempo no es mi disco preferido de Camarón pero tuvo esa importancia de acercar el flamenco, de ruptura con lo que estaba establecido y con lo que se podía hacer. A priori siempre es un atrevimiento, una osadía y el tiempo te dice si la osadía ha funcionado.

—Yo parto siempre de la idea de que los grandes genios dejan su obra, que es su mayor legado, pero también dejan efectos colaterales. Manolo Caracol tenía un estilo tan personal que tenía imitadores. Camarón tenía un estilo tan personal que tiene imitadores. Y a fuerza de tener un estilo tan personal sale mucha gente muy impersonal y poca gente con personalidad.
—A raíz de la muerte de Camarón se pueden nombrar muchos cantaores que son una imitación, pero sí es verdad que es la referencia más cercana que tenían, lo mismo que pasó en la época de Manolo Caracol, Pepe Marchena… pero precisamente ahí es donde radica la autenticidad de un artista, cuando tienes algo que decir que no está dicho. Lo peor que le puede pasar a un cantaor es que digan de él que canta muy bien por Camarón. A Miguel Fernández, a Lolo Picardo y a mí lo que nos gusto de Joaquín de Sola es que no se parecía a Camarón. Nada más que por eso te llama la atención.

—Como Antonio Reyes.
—Pero Antonio Reyes es ya un cantaor consolidado.

—Y mairenista. Quizá por eso no ha habido rivalidad entre el mairenismo y el camaronismo. Camarón ha sido un cantaor con una personalidad muy fuerte y de mucha influencia y sin embargo Antonio Mairena más neutral. Ha versionado a cantaores pero lo ha hecho sobre la línea de los cantaores. Ha impuesto unos cánones pero no ha impuesto un estilo.
—También había ese desfase generacional en la época en que coinciden Camarón y Mairena. Don Antonio Mairena era don Antonio Mairena, pero yo creo que Camarón era alguien seguro de sí mismo porque conocía los cantes y desde esa autenticidad se atrevía a cantar al lado de Antonio Mairena. Pero obviamente Mairena influyó muchísimo en todos los cantaores de su época.

—En todos, porque sentó las bases, hizo una enciclopedia. Ahora todo el mundo conoció a Camarón, yo no lo conocí, no le estreché la mano nunca. Pero sin conocerlo, me encanta el Camarón del principio y me da la impresión de que era un gran aficionado al flamenco.
—Hay una entrevista en Rito y geografía del cante en 1973 a un Camarón muy joven con Paco Cepero como espectador, y es una entrevista fresca, que irradia una claridad de ideas. Camarón no tenía el don de palabra que tenía Mairena, pero tenía un discurso, hablaba de cosas muy interesantes que yo creo siguen teniendo vigencia..

—Hablando de Camarón. ¿Tiene potencia suficiente para convertirse un activo turístico?
—Por supuesto. Es un activo en sí y un activo que ha traspasado fronteras. Pero se cumple el refrán de que nadie es profeta en su tierra. Por ejemplo, cuando se hizo la película sobre Camarón y se presentó aquí fuimos a verla, sí, pero cuando se presentó en San Sebastián había una calle llena de banderas con Camarón. Cuando estaba en EA! y salíamos a Sudamérica, decías Camarón y ya te ubicaban. Lo que no es normal es que después de veintidós años la ciudad no lo identifique como un activo, y creo que lícito hasta cierto punto porque Liverpool presume y vive de los Beattles; Memphis, de Elvis; Jamaica de Bob Marley…

—Máxime cuando parece que hay un acuerdo, ya en firme aunque es un proceso complicado, pero se ha dado el primer paso con un convenio que a mí, por mucho que digan algunos, me parece barato por los datos que tengo. Otra cosa es que me desdiga la realidad que venga detrás.
—En estos veintidós desde que murió Camarón la gente va a la Venta de Vargas, a la Peña Camarón o al cementerio, pero viene gente. No está organizado y precisamente por eso no se puede saber de una manera fáctica qué tipo de turismo ha tenido. Pero un museo de Camarón, un Espacio Camarón lo veo muy importante y creo que puede venir gente de todo tipo, de la península o extranjera. Una anécdota que me ocurrió con Chico, mánager de Gran Burbuja. Nos encontramos a un equipo de televisión de la BBC rodando un documental sobre el territorio flamenco. Chico les preguntó si irían a San Fernando y dijeron que no, que iban a Sanlúcar, Sevilla, Jerez… Chico les dijo que San Fernando es donde nació Camarón y entonces cambiaron el discurso. Camarón en sus ocho primeros discos firmaba sus discos como Camarón de la Isla y a raíz de La leyenda del tiempo entiendo ese giro que le da Ricardo Pachón porque creía que Camarón por sí solo tenía suficiente fuerza. Pero creo que potenciar institucionalmente el binomio Isla-Camarón, Camarón-Isla…

—Pero ahí los responsables del Espacio Camarón tienen un gran problema de marketing porque Camarón está promocionando, pero lo que hay que promocionar y asociar a Camarón es San Fernando, no La Isla. La ciudad se llama San Fernando en todos sitios.
—Cuando organizamos el veinte aniversario de la muerte de Camarón les decía eso mismo a los responsables municipales. Camarón está a una altura no lo está La Isla. Camarón ya es Camarón con La Isla o sin La Isla, ahora es La Isla la que tiene que hacer el esfuerzo para acercarse a Camarón.

—Yo creo que es más fácil que Camarón baje. Pero vamos, tienen un problema de marketing bastante complicado que esperamos que lo solucionen con profesionales capaces de solucionarlo. ¿Cómo está el flamenco ahora mismo? Por que tú estás metido en todo.
—En La Isla hay mucho flamenco y además de calidad. Cuando llega 2012 nos damos cuenta de que son veinte años sin Camarón y de que había que hacerle un homenaje. Lo decidimos Javier Fernández, de Flamencos de La Isla que es el que edita la revista La Fragua, Rafael Galán que era su socio y yo. Hacemos una propuesta al Ayuntamiento, nos apoya la Venta de Vargas y empezamos a mover gente y sigue moviéndose. Jesús Castilla es un cantaor que este verano se ha hecho con varios premios nacionales de cante; Joaquín de Sola está nominado al mejor disco flamenco por la Fundación Flamenco hoy; la Venta de Vargas ha recuperado un poco lo que era la madrugá flamenco y ha traído a gente como Remedios Amaya, Manuel Molina; la Peña Camarón ha hecho actividades interesantes; la Peña Chato ha reabierto sus puertas después de haber estado cerrada por cuestiones de insonorización y el otro día estuve allí y había dos doctores que estaban dando una conferencia sobre la garganta y el cante. En la Peña Camarón estuvimos entregando unos premios de letras flamencas organizados por la Asociación La Fragua al que se presentaron 46 personas de toda España. Y no somos pioneros, ni mucho menos. Antes estuvo Salvador Aléu, que fue cofundador junto con Juan Vargas y Pepe Rosa de la Tertulia Flamenca…

—Pobre Tertulia Flamenca.
—La verdad es que sí. No conozco esa historia pero es una pena porque allí ha cantado Carmen Linares, Enrique Morente… Siempre ha habido una actividad en La Isla y lo que nosotros nos planteamos fue dar a conocer un movimiento que existe y que creo sinceramente que es un activo y que puede crear riqueza en una ciudad como San Fernando que no es la era cuando yo era niño. Cuando yo era niño había marineros vestidos de blanco en verano y en invierno vestidos de azul, mi abuelo trabajaba en la Constructora, mi padre trabajaba para los militares… Era una cosa que ya no existe y yo creo que hay un activo en el flamenco que no es sólo la figura de Camarón, que también, porque somos una ciudad flamenca. No vendemos humo si decimos que aquí hay cantaores, que hay guitarristas, que se puede organizar un espectáculo serio. Pero también hay que tener en cuenta que todo es proporcional a la inversión. Hemos tenido el Festival Flamenco de Jerez, pero ha tenido un presupuesto de 400.000 euros; la Noche Blanca de Córdoba, en la que he tocado varias veces está consolidada y tiene un presupuesto de medio millón de euros; la Bienal de Flamenco de Sevilla tiene un presupuesto de 1,2 millones de euros. Son gente que ha gestionado bien, que saben que el flamenco es un activo y que hay que aprovecharlo. Pero si quieres ganar dinero hay que gastar dinero.

—Y no es cosa de hacerlo un año y si no funciona ya no lo hago para el año que viene.
—Cualquier empresa que empieza tiene una curva deficitaria y después se recupera.

—Pero eso no lo entienden los políticos. Como están cuatro año y sólo trabajan los dos últimos, no les da tiempo a tener una curva ascendente. Tú eres maestro de escuela en la rama de música y das clases en el reformatorio de Puerto Real.
—Actualmente estoy en el Centro de Menores de Puerto Real.

—Lo de reformatorio es muy antiguo...
—La normativa cambia los nombres de las cosas, pero parece que tiene razón, que el lenguaje influye. Yo considero que trabajo en un centro educativo, con chavales que están ahí, con mucho talento y por eso puedo decir que el flamenco tiene futuro. Tengo alumnos con 15 ó 16 años que me piden que les grabe un tema de Luis de la Pica, o algo de Rancapino. Luego los hay de los que escuchan chunta-chunta porque tiene que haber de todo, pero que haya un niño con 14 ó 15 años que escucha a Luis de la Pica… A mí me gusta.

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