Fue de nuevo un baño de masas. Cientos de personas se agolparon a última hora de la tarde de este Miércoles Santo en torno a la Iglesia de San Cristóbal y a lo largo de todas las calles de este barrio para saludar a la Hermandad de La Columna, que volvía a procesionar por las calles rondeñas tras no poder hacerlo en 2013 a causa del mal tiempo.
Campanas a júbilo en San Cristóbal a las 8 de la tarde, minutos antes de que pasado el primer cuarto de hora se abrieran las puertas del templo y, tras la Cruz de Guía, comenzara el rosario de hermanos penitentes, en total 750 nazarenos, que acompañarían al Cristo de la Columna y a la Esperanza.
En los balcones y en las ventanas, gentes y más gentes. Y los tradicionales vítores al Señor y a su Madre.
El Cristo, sobre un monte de claveles rojos. Azotado. Atado a una columna. La Virgen, dolorosa, entre claveles de color blanco. Hombres y mujeres gritan una y otra vez. Y la Hermandad este año gira camino de la Plaza de la Esperanza, donde una semana después de haberse inaugurado el nuevo retablo de la Virgen, un mosaico obra del ceramista sevillano Francisco Moya, los Sagrados Titulares de la Hermandad han festejado el estreno.
Como novedad también dos pertigueros para completar el cuerpo de acólitos; la Hermandad ha confeccionado los ropones, en terciopelo verde; adquirido dos pecherines y sus pértigas, elaborados por la prestigiosa orfebrería Angulo, de Lucena (Córdoba). La pértiga del Señor rematada con una pequeña columna; con un ancla, la que antecede a la Virgen. La hermandad estrena además nueva bandera, bordada por la malagueña Cristina Badillo.
Medio centenar de mujeres de mantilla y hasta 60 niños completan el devoto cortejo.
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