Un cambio por salud ciudadana

Sentimos, como una gran mayoría de jienenses, vergüenza y bochorno por el espectáculo en el que siguen convertidos los plenos de nuestro Ayuntamiento como consecuencia de la pérdida total de respeto a la que nos han acostumbrado en sus intervenciones y el nivel poco edificante que trasladan a los ciudadanos, muchos de los cuales no dan crédito porque en toda la historia de la democracia ha habido episodios de todas las clases, para bien y para mal, pero nunca como ahora, y va para tres años, un periodo tan prolongado y tan habitual de sesiones plenarias tremendamente broncas y crispadas, propiciadas desde un primer momento por el alcalde y presidente de la Corporación, obligado a dar ejemplo, con seguidismo absoluto de sus concejales más fieles que siguen el argumentario al pie de la letra, creando un clima irrespirable, con frecuencia trasladado a las redes sociales para mayor sonrojo, en el que cada pleno más que una oportunidad para sacar asuntos adelante, aunque esto ocurra, parece un ring en el que los jienenses asistimos como testigos a un combate del despropósito, con discursos repetitivos hasta el hartazgo sobre los mismos hechos y que tratan de humillar a la oposición, que por cierto ha tenido el error de caer en la trampa, rehén todavía de la famosa herencia recibida. Por fuera de los palmeros el común de la gente deplora esta forma de gobernar, con tanta tensión política, por lo cual es necesario o un cambio urgente o cuanto antes el anunciado recambio, por una sola razón de peso: salud ciudadana