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Mareo institucional para no dar una sede a La Merced

La asociación de vecinos fue desalojada en junio de 2012, y desde esa fecha espera la reubicación por parte del Ayuntamiento, a pesar de que hay un edificio municipal vacío en la calle Aragón

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  • Desalojo de la antigua sede -

Un embarazo malo. Eso es lo que ha pasado la Asociación de vecinos La Merced, y lo que aún le queda por pasar para lograr una sede tras ser desalojada del espacio que ocupaba por los impagos del Ayuntamiento. Así, lleva nueve meses de mareo institucional a la espera de que el Consistorio se digne a atenderla y a buscar una solución.

Tras perder la sede en la calle Amado de Lázaro, previo paso por los juzgados y los consiguientes gastos, la asociación de vecinos remitió un escrito a la concejal de Participación Ciudadana, Juana Carrillo, en el que informaba de la existencia de un local en la calle Aragón nº40 de propiedad municipal, “vacío y sin uso alguno”.

La presidenta de La Merced, Dorleta Vaquero, explicaba en la misiva, registrada en el Ayuntamiento el 13 de junio de 2012, que “teniendo en cuenta la decisión manifiesta de dar solución a todas las asociaciones afectadas por estar sujetas al régimen de alquiler, y además fundamentalmente por ser de titularidad municipal y ubicarse en el ámbito de actuación de dicha asociación, rogamos se nos conceda el realojo a la mayor brevedad posible dada la situación de desarraigo que se está dando por la falta de instalaciones para atender debidamente los requerimientos de los vecinos”.

La respuesta llegó el 21 de junio, para comunicar a la asociación que las gestiones para la reubicación son competencia de la Delegación de Urbanismo.

La asociación, que mientras tanto tiene que reubicar sus pertenencias en la sede de la Federación de Asociaciones de Vecinos Tartessos, muy alegada de La Merced -está en la Avenida de Andalucía-, remite el 10 de julio un nuevo escrito al alcalde, Pedro Rodríguez, en el que detalla lo mismo: que tienen conocimiento de un local municipal vacío en La Merced, que les han derivado a Urbanismo, y que apruebe el realojo.

Pasan cuatro meses sin contestación alguna, por lo que 2 de noviembre es directamente Tartessos quien remite otro escrito al alcalde para solicitarle una reunión “lo más urgente posible”, con el fin de dar solución al problema de ubicación de la asociación de La Merced.

Ante la ausencia de respuesta, Tartessos registra otro escrito el 20 de noviembre, de nuevo instando al alcalde a cerrar una reunión con el colectivo.

La respuesta llega el 5 de diciembre, aunque no firmada por el alcalde, sino por la concejal de Participación Ciudadana, que hace caso omiso a la petición de reunión y vuelve a derivarles a Urbanismo para tratar el tema de la reubicación.

El último escrito, aún a la espera de respuesta, lo registra Tartessos el 12 de febrero de este año, esta vez remitido al concejal de Urbanismo, Francisco Moro, para solicitar una reunión en la que se acuerde el realojo en el local de la calle Aragón.

“Falta de voluntad”
Desde que se iniciaron los trámites para solicitar el realojo han pasado nueve meses, en los que La Merced ha solicitado primero un espacio en la Gota de Leche, que ha sido denegado, y la reubicación en la sede de la Asociación Nuevo Molino, un edificio municipal de dos plantas, donde tampoco había espacio para La Merced.

Por ello, a su presidenta no le cabe la menor duda de que se trata de “falta de voluntad” por parte del Ayuntamiento. “Es una dejación absoluta, nos marean de delegación en delegación, nos mandan a Vivienda, después a Urbanismo, y lo único cierto es que prometieron solucionar el problema de reubicación y no nos dan ninguna alternativa, cuando hay un local municipal vacío”, explica.
Vaquero lamenta este “atropello” a la asociación de La Merced y cree que se trata de un “castigo” porque “he sido muy reivindicativa y he denunciado la ineficacia del Ayuntamiento”. No obstante, recuerda que esa es precisamente la función de las asociaciones de vecinos, “denunciar las problemas del barrio, que además, está abandonado”. Por ello, recuerda al Consistorio que no va a tirar la toalla y seguirá al frente de la asociación, e insiste en que sólo pide un pequeño espacio en el barrio donde atender a los vecinos. Aún sigue esperando.

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