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Una veintena de jóvenes finaliza el II Curso Guía Turístico Gastronómico

Tiene como misión poner en valor la riqueza gastronómica de un enclave como atractivo independiente y capaz de generar la llegada de más visitantes a la localidad.

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  • Con los diplomas.

La delegada de Educación del Ayuntamiento de Chiclana de la Frontera, María Eugenia Fernández, asistió al acto de clausura y entrega de diplomas del II Curso “Guía Turístico Gastronómico”, que ha contado con 24 horas de duración y se ha desarrollado en las dos últimas semanas en el Centro de Iniciativas Juveniles BOX.

En total han sido veinte los jóvenes de entre 14 y 30 años de edad los que han participado en la segunda edición de esta novedosa iniciativa, los cuales han destacado los amplios conocimientos adquiridos y la utilidad de un curso pionero, que cuenta con diversas salidas laborales en un entorno potencialmente turístico y hostelero.

El monitor del curso ha sido Benjamín Colsa Nieto, asesor turístico gastronómico, quien ha transmitido a los participantes que una ciudad como Chiclana de la Frontera posee elementos de atracción que van más allá del sol y la playa o la arquitectura, poniendo especial énfasis en el interés que tienen los turistas en conocer cuales son los mejores restaurantes de la zona, en qué tabernas se toman los mejores productos típicos o de qué tipo son las recetas tradicionales del enclave.

En el acto de clausura, Fernández declaró que “nos sentimos muy orgullosos de que Chiclana de la Frontera acoja este tipo de iniciativas, las cuales fomentan de manera decidida un pilar económico sobre el que se sustenta nuestra sociedad, como es el turismo, y pone en valor la riqueza del patrimonio gastronómico de nuestro municipio como un atractivo en sí mismo y que genera la llegada de más visitantes”.

Entre las competencias que posee un guía turístico gastronómico se encuentra la de ayudar a las admistraciones a elaborar planes de puesta en valor de la gastronomía y el turismo industrial, acompañar y realizar visitas guiadas a los bares y restaurantes de la localidad, así como elaborar recorridos para personas o grupos que no tienen tiempo para organizar su agenda vacacional.

Además, un guía gastronómico es útil para potenciar el turismo industrial a través de la visita a fábricas de productos típicos del lugar, asesorar a empresas para organizar rutas y para crear una propia firma con ofertas de este tipo.

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