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Verano de quejas y caras largas a diario en las farmacias

El Ejecutivo retrasa finalmente a septiembre la entrada en vigor del polémico ‘medicamentazo’ . Los clientes ven con malos ojos el copago y acaban pagando el pato con los farmacéuticos

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  • En un mes más de 400 fármacos dejan de financiarse. -

La exclusión de más de 400 fármacos de uso común --desde antiácidos hasta antidiarreicos—del listado de los fármacos que financia la sanidad pública se retrasará hasta septiembre. El ‘medicamentazo’, como ya se conoce, no entró en vigor finalmente el pasado miércoles 1 de agosto como estaba previsto,  y los propios farmacéuticos que todavía no se han recuperado del caos del copago se enteraron prácticamente sobre la marcha a través de una circular del aplazamiento. Ahora tendrán más margen de tiempo para familiarizarse con otra medida más de la reforma sanitaria que dará mucho que hablar.


Mientras tanto, todavía son pocas las personas que se han interesado por lo que va a pasar a partir de ahora y por los medicamentos que van a dejar de financiarse. “La gente no tiene mucha idea y preguntan poco todavía”. Peor es el balance del copago. “La mayoría no se entera de nada, sobre todo los mayores, y se quejan y se pelean con nosotros como si la culpa fuera nuestra”, señala un farmacéutico consultado por este periódico.


El malestar de los ciudadanos es evidente pero también hay un “follón tremendo” dado que las rentas de los ciudadanos que se ha facilitado a las farmacias son de 2010. “Estamos hablando de un tope de 8 euros por cada persona por unidad familiar, con lo que si en una familia hay un matrimonio o un hijo con enfermedades crónicas o tratamientos son 24 euros más mensuales. Además -continúa diciendo- con el tema de la renta es otro lío  y los clientes se nos quejan y con razón, dado que a lo mejor están desempleados ahora y en su renta de 2010 reza que tiene ingresos como trabajador”.

De momento, farmacéuticos y ciudadanos tienen un mes más para empezar a buscar alternativas a marcas que para algunos constituyen un ‘padrenuestro’, como los medicamentos ricos en fibra para combatir los problemas de estreñimiento o todo lo contrario (Fortasec), protectores gástricos tan recurridos como el Almax ( de 3 a 4,64 euros) u otros ‘básicos’  antigripales, antimigrañas, antivarices contra la dermatitis o la ansiedad leve.

La desfinanciación les costará más de 1.000 millones

El observatorio del medicamento de la Federación Empresarial de Farmacéuticos de España (FEFE) calcula que el proyecto que excluye fármacos de la financiación pública puede tener un impacto en el mercado de las farmacias de más de 154 millones de unidades por un valor de 1.181 millones de euros.


Sin embargo, según esta organización, este impacto quedará minimizado por los “más que previsibles desplazamientos en la prescripción” que se estiman en torno a los 500 millones de euros.


A falta de un mes para que entre en vigor lo que ya es conocido como el ‘medicamentazo’, después de que Sanidad haya pospuesto esta medida hasta septiembre, FEFE ha formulado una serie de alegaciones al proyecto de resolución del Ministerio de Sanidad que ponen de manifiesto un conjunto de problemas que afectan a la desfinanciación de los denominados medicamentos para dolencias menores.


Destaca, entre ellos, que al no haberse excluido grupos completos es previsible un desplazamiento de las prescripciones a otros productos que continúan siendo financiados.
Entiende que la motivación de esta iniciativa resulta “insuficiente” porque numerosos fármacos que dejarán de financiarse por el criterio de “síntomas menores”cuentan también con indicaciones consideradas mayores en su ficha técnica oficial.


FEFE cree que la norma es “altamente vulnerable” ante posibles recursos de los laboratorios porque en unos casos la motivación del proyecto es diferente a la expresada o resulta escasa.
También prevé un amplio desplazamiento hacia productos todavía financiados porque no existe un estudio de impacto económico para el sector y es poco “explícita” en cuanto a la capacidad para prescribir o dispensar los medicamentos en los que se admite la financiación para una indicación.
Finalmente, agrega el Observatorio de los farmacéuticos, la propuesta no hace “la menor alusión” a los plazos para su puesta en vigor o sobre la devolución de existencias, puesto que llegará el momento en el que el paciente dejará de adquirir el medicamento en cuestión para sustituirlo por otro con características similares que le recomiende el médico.

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