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'Molinos' de Santa Lucía: La fuerza del agua que era el pan nuestro de cada día en Vejer

Por ello, muchos vecinos siguen denominando al núcleo rural de Santa Lucía como “Los Molinos”

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EL COMPLEJO MOLINAR DE SANTA LUCÍA

EL COMPLEJO MOLINAR DE SANTA LUCÍA

EL COMPLEJO MOLINAR DE SANTA LUCÍA

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EL COMPLEJO MOLINAR DE SANTA LUCÍA

Entre los parajes naturales más destacables del término municipal vejeriego, destaca por su frondosidad y belleza es el de Santa Lucía, donde además de abundante vegetación y especies animales, podemos encontrar ricas huertas, árboles frutales y los vestigios de antiguas edificaciones, lo que conforma una riqueza paisajística inigualable. La abundancia de agua que recorre vertebralmente esta pedanía, procedente del manantial de La Muela, riega cada una de las tierras de labor y pasa por lo que fue el gran complejo molinar hidráulico que transformaba la fuerza de la misma en lo que luego sería la harina del pan de Vejer hasta mediados del siglo XX. Por ello, muchos vecinos siguen denominando al núcleo rural de Santa Lucía como “Los Molinos”.

La abundancia de agua que recorre vertebralmente esta pedanía, procedente del manantial de La Muela, riega cada una de las tierras de labor y pasa por lo que fue el gran complejo molinar hidráulico que transformaba la fuerza de la misma en lo que luego sería la harina del pan de Vejer hasta mediados

EL COMPLEJO MOLINAR DE SANTA LUCÍA

El imaginario colectivo y la historiografía local, ha defendido el discurso que el complejo molinar existente fue edificado en tiempos inmemoriales, acentuando la idea de ser romana la construcción de su acueducto, elemento más emblemático de cuantos se conservan. Según estos estudios, meramente visuales y sin rigor científico, el acueducto fue remozado en época árabe y así se encuentra adscrito en la Base de Datos del Patrimonio Inmueble deAndalucía. De los molinos harineros, que aprovechan la fuerza del agua provocada por los desniveles del terreno y llevada a los mismos a través de acueductos, se fundamenta con documentación de archivo que fueron construidos entre los siglos XV y XVI, por lo que la construcción del conjunto debe adelantarse a tiempos medievales y modernos. Desde entonces los molinos, pilones, fuentes, acueductos, atarjeas… han sufrido continuas remodelaciones y reparos que han ido enmascarando su verdadero origen hasta nuestros días, ya que un estudio basado en una reciente excavación arqueológica,dirigida por el Doctor Juan Jesús Cantillo, a pie del gran acueducto, y labores de investigación de archivo, ha podido arrojar luz sobre la cronología verdadera de estas construcciones y su evolución.

EL COMPLEJO MOLINAR DE SANTA LUCÍA

Sabemos que, en el siglo XVI, el ducado de Medina Sidonia, quien ejercía el poder señorial jurisdiccional sobre Vejer desde 1307, poseía en esta ladera la totalidad de los molinos existentes, por los que percibía una renta bastante importante. Para este momento existían siete molinos, aunque en la actualidad solo se conserven seis, denominados en orden descendente como: Molino de Miraflores, Molino de Garrobo, Molino deBatán, Molino del Hoyo, Molino de Santa Lucía y Molino del Cubillo.  Incluso en el siglo XVIII llegaron a aparecer más, alcanzando la suma de nueve, por lo que habría que añadir el Molino de San José, Molino de San Pedro y Molino Nuevo. El ducado además poseía una gran hacienda en el lugar denominada “Casa Blanca”, donde almacenaba el trigo, la harinera, estaba la vivienda del administrador o mayordomo de los molinos, existían cuadras, cocinas e incluso capilla. Esta edificación se encontraba en lo que en la actualidad corresponde con los Salones Parroquiales e Iglesia, dedicada a Santa Lucía.

Prueba de la importancia del complejo molinar en el siglo XVI, es la inclusión de un capítulo dedicado al mismo en la demanda de quince capítulos que presentó Juan Relinque contra el ducado en 1539, en el famoso pleito en el que se defendía la propiedad comunal de nuestras Hazas de Suerte. En dicho documento, presentado en la Real Chancillería de Granada, se lee en el último capítulo: “que, teniendo la dicha villa una fuente de agua, media legua y siendo la dicha fuente agua pública y concejil, el dicho duque y sus predecesores han hecho en la dicha agua seis o siete molinos y no consienten que otra persona pueda hacer molino ninguno y que ningún ganado de los vecinos pueda beber en la dicha fuente” La sentencia condenatoria llegaría en 1566, habiendo ya fallecido Juan Relinque, dándole la razón en su lucha. Respecto al capítulo que aquí se trata, la chancillería granadina condena al duque a que deje hacer molinos libremente y deje pastar a los ganados vecinales en las aguas citadas.

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Pasando a analizar la tipología de estos molinos, tenemos que tener en cuenta que pertenecen a los denominados “de agua”, de la familia de los “de río” y “de marea”. Todos los existentes en Santa Lucía responden a un mismo patrón constructivo mediante el empleo de una extensa red de caños artificiales, también llamado atarjeas, que dirigen el agua hacia un pozo llamado cubo, cuyo salto de varios metros hacia una pequeñaembocadura o saetillo, provocaba que el agua saliese con la energía suficiente como para impulsar el movimiento rotativo del rodezno. Para desarrollar esta tarea, el molino como edificio disponía de dos plantas; en la superior, llamada también sala del molino, era aquella donde se encontraba la tolva junto a la piedra volandera y demás elementos como el alivio, la paradera o la llave, con los que el molinero controlaba la actividad; el piso inferior o bóveda, era la zona que recibía el caudal de agua y por tanto donde se ubicaba el llamado rodezno, un conjunto de elementos cuya función era hacer mover un eje vertical o palahierro que conectaba con la piedra volandera y la hacía girar sobre la piedra fija o solera para llevar a cabo la molienda del trigo.

Aunque todos fueran de igual funcionamiento, dependiendo del lugar en el que se situaba, la fuerza del agua era distinta, por lo que había algunos de ellos que eran más productivos y variaban sus rentas. Según el historiador Antonio Muñoz, en la subasta de sus rentas para el año 1702, se pedía para el Molino de La Teja 1900 fanegas de trigo, en cambio para los demás 2000 fanegas. Otro ejemplo es la clasificación de rentas que se hace sobre los mismos en 1832, donde se especifica: el Molino de Algarrobo, pagaba 9490 reales por el molinero Juan Rendón; el de La Teja, 2190 reales por el molinero Pedro Corrales; El Cubillo, 3650 reales por José Rendón; el Molino Nuevo, 4380 reales por Antonio Acuña; el de Miraflores, 3650 reales por el molinero Francisco Gallardo; El Batán, 10950 reales por Francisco Castro; y el Molino de El Hoyo, 7300 reales por Francisco Pascual.

Será a inicios del siglo XX cuando el conde de Villariezo, heredero del ducado de Medina Sidonia, y posteriormente el conde de Bornos, para aprovechar la energía motriz de los santos de agua existentes, cree lo que sería “Electra Villariezo” para el abastecimiento de luz y agua a nuestro pueblo. Del mismo modo, durante unos años, la molienda mecánica fue sustituida por la eléctrica, cambiando todo el sistema tradicional del complejo, perdiéndose así numerosos aspectos culturales heredados desde antaño. El ayuntamiento de Vejer, a mediado del pasado siglo, adquirió de los herederos de estas familias nobles la propiedad de los terrenos y edificaciones, así como el uso del manantial y su energía.

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Los últimos estudios a loa que nos hemos referido, han demostrado que el complejo molinar tiene inicios en época medieval, como puede verse en el registro arqueológico. Además, en cuanto al acueducto, se descarta su origen romano, no apareciendo ningún material asociado al mismo de dicha cronología. El estado de conservación del complejo, aunque bastante intervenido desde el siglo XVII y teniendo en cuenta la fuerza de la naturaleza que hace que la vegetación y la propia agua tome de su parte, es bueno, sobre todo el del acueducto, por su reciente intervención. También puede decirse que los molinos más cercanos, se encuentran en mejores condiciones, existiendo grandes faltas constructivas en los más lejanos. En la actualidad todo el conjunto está declarado como Bien de Interés Cultural en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía, expediente que se inició en el año 2013 y que fue incoado en 2019.

EL COMPLEJO MOLINAR DE SANTA LUCÍA

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