La alusión de Putin al "liberalismo injustificado" puede interpretarse como un ataque directo contra aquellos que en el país y fuera de él ven al actual presidente ruso, Dmitri Medvédev, como posible líder de un proyecto reformista de corte liberal. "Debemos conservar la paz civil y étnica, poner barreras a todo intento de dividir y sembrar la enemistad en nuestra sociedad", dijo el jefe del Gobierno y ex presidente (2000-2008), quien, impedido constitucionalmente para postular a un tercer mandato consecutivo, apostó en 2007 por Medvédev como su sucesor en el Kremlin.
Putin, que ya puede presentar su candidatura presidencial, y Medvédev, facultado para aspirar a la reelección, han declarado en numerosas ocasiones que llegarán a un acuerdo sobre quién de los dos concurrirá como candidato a los comicios del próximo año. Pero si antes el carácter monolítico del tándem Medvédev-Putin no suscitaba dudas, en el último tiempo el presidente y el primer ministro han manifestado públicamente sus diferencias en algunos asuntos de política interior y exterior.
En su comparecencia de hoy, el primer ministro enfatizó que Rusia debe ser "independiente y fuerte", para que nadie pueda imponerle políticas desde el exterior. "Seamos francos: en el mundo actual, si eres débil, sin falta habrá alguien que quiera venir y aconsejarte hacia adónde ir, qué política desarrollar, qué camino debes elegir para tu propio país", dijo.
Agregó que detrás de estos "consejos bien intencionados" lo que "realmente se oculta es el dictado grosero y la injerencia en los asuntos internos de un Estado independiente". En el ámbito económico, Putin destacó que el país superó con éxito la crisis global y citó como ejemplo que el año pasado el Producto Interior Bruto (PIB) ruso se incrementó el 4 por ciento, y que en el primer trimestre de este año, en comparación con el mismo periodo de 2010, la economía del país ha crecido el 4,4 por ciento.
"Esto significa que para comienzos de 2012 la economía rusa debe recuperarse totalmente de las pérdidas ocasionadas por la crisis", dijo. El primer ministro indicó que, si bien es cierto que Rusia se ha visto favorecida por el aumento de los precios de sus principales productos de exportación -hidrocarburos, metales, productos químicos-, la recuperación económica del país es principalmente mérito del Gobierno y sus políticas.
En los próximos diez años, dijo Putin, habrá que duplicar la productividad del trabajo. "Por el volumen del PIB, Rusia deberá estar entre las mayores cinco potencias económicas mundiales", señaló el primer ministro al fijar la tareas para el próximo decenio.
Según Putin, para el año 2020 el PIB 'per cápita' ruso deberá ser de más de 35.000 dólares, "más que los indicadores que presentan hoy países como Francia e Italia". Entre las tareas prioritarias del Ejecutivo, el primer ministro destacó la estabilización de la situación demográfica del país, cuya población, según datos oficiales, en los últimos ocho años se ha visto reducida en 2,2 millones de habitantes.
Tras el informe de Putin, tomaron la palabra los jefes de los grupos parlamentarios de la Duma. "Si no se crea un sistema de control que garantice la limpieza de las elecciones, aquí (en Rusia) se repetirá lo que ocurre en África del Norte", advirtió desde la tribuna el líder del Partido Comunista, Guennadi Ziugánov.
También el líder de Rusia Justa, Nikolái Lévichev, insistió en la necesidad de hacer transparentes los procesos electorales y puso como ejemplo a Brasil, donde las fuerzas políticas llegaron a un acuerdo para informatizar los comicios y ahora "nadie cuestiona sus resultados".
En el turno de réplica, Putin no respondió a las críticas al sistema electoral formuladas por los diputados opositores. La intervención de Putin fue transmitida en directo por los canales de televisión estatal Rossía-1 y Rossía-24, pero solo este último, de cobertura mucho más limitada, emitió el debate.