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Chiclana

Camino de las bodas de platino con los 'raros' de las chanclas y los calcetines blancos

Fue en los años 60 cuando en Chiclana comenzaron a verse los primeros turistas alemanes, claves para la proyección internacional del destino

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  • Pareja de aquellos primeros alemanes en visitar Chiclana -

Decía José de Mier, ex alcalde de Chiclana, que “los turistas extranjeros, ingleses y alemanes sobre todo, descubrieron la belleza de nuestras playas mucho antes que la mayoría de los naturales de Chiclana, cautivándose de placeres como el baño y el paseo”. “Ellos”, añadía, “disfrutaban de ocio y esparcimiento, mientras a nosotros todavía nos educaban pensando en el efecto curativo de los ‘quince baños’ y en la ‘malage’ del levante o el poniente”. “Se puso de moda el moreno tizón y se alardeaba de bronceado; ya se utilizaba el bañador corto, el ‘meyba’ y se podía jugar a la pelota o a las palas con comodidad, había playa para todos, los pocos que la usaban. Esta manera de utilizar la playa hizo que surgieran infinidad de casetas de madera, particulares, que se situaban en la parte más seca de la arena, donde presumiblemente no las alcanzaría el agua impulsada por las mareas”.

“Estas casetas”, subrayaba, “poco a poco, se fueron convirtiendo en pequeñas casitas cuadradas de al menos dos metros de lado y de colores vivos, formando un conjunto alineado de lo más heterogéneo, por su forma y color. Aunque el uso permitido era el de guardar la ropa, en muchas ocasiones se utilizaban como cocina y hasta de dormitorios. Llegaron a ser tantas que la ley de costas de 1989 las prohibió en todo el litoral, pues suponía un claro foco de contaminación de las arenas además de un uso privativo e inadecuado del dominio público”.

Idilio continuado Palabras que dan testimonio del inicio de un idilio (Alemania-Chiclana) que hoy, casi cuatro décadas después (tal y como se pudo ver en la ITB de Berlín), aún sigue vivo, aportando al destino notables ingresos, ya sea a través de turistas o, como ocurre a lo largo del invierno, con numerosos atletas, que hacen de Chiclana y sus instalaciones ese escenario ideal en el que poder desarrollar periodos de entrenos.

De lo que no cabe la menor duda es que Chiclana, como viene sucediendo desde hace décadas, volverá a ser este año destino de buena parte de ese 1,2 millones de turistas alemanes que espera recibir Andalucía; sector que en 2023 dejó la nada despreciable cantidad de 1.700 millones de euros. Y es que, como dijo José María Román, con motivo de la entrega de la LLave de la Ciudad a Maria Margarete Gosse, embajadora de la República Federal de Alemania en España, “sin el pueblo alemán, ni Chiclana ni la provincia de Cádiz serían como son ahora. Nada sería igual”.

Catalogados, por aquel entonces como ‘raros’ por su indumentaria y, sobre todo, calcetines con chanclas, ellos, los alemanes, siguen siendo los mayores valedores internacionales de un destino que ya los considera ciudadanos ‘chiclaneros’.

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