Las últimas víctimas son un hombre de 35 años alcanzado por una bala en la cabeza cuando un grupo de manifestantes intentaba atacar un bar que pertenece a su familia en Tiaret, en el oeste de Argelia, y un policía vestido de civil en la norteña región de la Cabilia.
Según el diario El Watan, el primero murió por una bala disparada por un joven de 25 años que junto a otros habitantes de la zona intentaba defender el bar propiedad de la familia de la víctima.
El policía pereció calcinado en su automóvil cuando un grupo de manifestantes le arrojó un cóctel molotov.