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Jueves 09/05/2024  

Chiclana

"En Chiclana fuimos las primeras en salir a la calle para reclamar igualdad”

Histórica de la lucha por la igualdad, Manuela Gómez llama a “no bajar la guardia” y practicar un feminismo “de la mano del hombre”

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  • Manuela Gómez fue presidenta de Asocum -

En cualquier ámbito de la vida hay quienes se convierten en pioneras o pioneros. Personas que están llamadas a dar ese primer paso en busca del bien común, arriesgando y exponiéndose a las críticas de una sociedad pocas veces receptiva a los cambios.

Manuela Gómez fue una de esas pioneras que, junto a su hermana y otras compañeras chiclaneras, decidió dar un paso adelante para luchar por la igualdad de la mujer en un tiempo de hombres. Hoy, algunas décadas después, Manuela llama a “no bajar la guardia” y practicar un feminismo “de la mano del hombre”.

Parece que fue ayer cuando usted y otras mujeres chiclaneras decidieron dar el paso adelante y constituir Asocum para luchar por la igualdad entre hombres y mujeres, ¿qué recuerdos tiene de aquello y cómo surjió la idea?

–Aunque han pasado más de treinta años, lo recuerdo como si fuera ayer. Con la ilusión, la alegría y la determinación de un grupo de mujeres que, pese a la dificultad y los obstáculos de la época, no se conformaba con ser simple espectador de una sociedad desigual. En aquellos años, principio de los 90, en Chiclana solo estaba la Asociación de Amas de Casa y un grupo de mujeres decidió ir un poco más allá en clave de mujer. Yo y mi hermana nos enteramos por la radio y, rápidamente, nos unimos a un proyecto que se concretó con la creación de Asocum.

¿Cómo era la situación de la mujer chiclanera en esos tiempos?

–Recuerdo que antes de poner en marcha nuestra primera iniciativa hicimos una encuesta por casi toda Chiclana para saber qué necesidades tenían las mujeres y qué podíamos aportarle desde la asociación. Entre esas mujeres que entrevistamos nos encontramos con una que, incluso, no nos pudo abrir la puerta, ya que su marido no quería que hablase con nadie. Caso que nos dio la dimensión de la situación en la que se encontraban muchas mujeres y que, obviamente, pusimos en conocimiento del ayuntamiento; que actuó de inmediato. Eran comportamientos que, aunque ahora nos cueste creerlo, estaban más normalizados de lo que podíamos llegar a pensar.

¿En qué se centraba la actividad de Asocum en esos primeros tiempos?

–Tanto entonces como más adelante, nuestra asociación ha estado siempre muy al lado de todas esas mujeres que se han querido divorciar y que, en una sociedad que, entonces, le limitaba totalmente el acceso al mercado laboral, lo tenían muy complicado. Asimismo, en nuestros comienzos atendíamos a un número importante de mujeres víctimas de malos tratos, cuya necesidad de poner fin a su relación era mucho más urgente y complicada; más aún si había niños de por medio.

¿En qué medida se daban los malos tratos en esos años?

–Obviamente, en aquella Chiclana había un gran número de casos y se daban en todos los estratos de la sociedad, sin distinción.

¿Tenían una respuesta por parte de la sociedad?

–Ni mucho menos la que se merecía. Es más, era algo como, en cierto modo, normalizado. No es que se apoyase el mal trato públicamente (al menos, no el grueso de la ciudadanía), pero sí había quienes, incluso, llegaban a decir que, si una mujer había sido maltratada, alguna razón habría habido de por medio para que esto se produjese. El mal trato era algo consentido. Es más, había mujeres que, incluso, pensaban que se lo merecían, que era normal. De ahí que decidiésemos dar nuevos pasos adelante para visualizar una situación que, entendíamos, debía venir acompañada del rechazo social.

Pasos que se concretaron en movilizaciones.

– Así es. Nosotras fuimos las primeras en la provincia de Cádiz que decidimos sacar el problema a la calle a través de movilizaciones. Algo que no fue fácil, ya que las mujeres maltratadas no se atrevían y las no maltratadas pensaban que si las veían la gente iba a pensar que los maridos les pegaban. Afortunadamente, fuimos convenciendo a éstas mujeres.

¿Pensaba usted que, más de treinta años depués, iba a seguir haciendo falta salir a las calles en contra de los malos tratos y a favor de la igualdad?

–Hay luchas, llamémosle conquistas sociales, que sabemos que no se logran de un día para otro y que, incluso, sufren importantes retrocesos. En el caso de la mujer ha ocurrido esto. Hemos dado pasos muy importantes, pero ahora, con la aparición de partidos retrógrados e, incluso, con la existencia de las nuevas tecnologías, nos encontramos en un escenario que exije mantener una actitud muy activa y comprometida para no dar pasos hacia atrás y seguir avanzando en derechos. Por eso, animo a los jóvenes, que hoy tienen una preparación sobresaliente, a que no se queden quietos y a que, juntos, mujeres y hombres, sigan luchando por esa igualdad de derechos tan necesaria.

¿Qué opinión le merece el feminismo actual?

–El feminismo, afortunadamente, ha crecido y lo ha hecho, además, también de la mano del hombre. Por tanto, yo creo que, como ocurre hoy, es importante contar con un feminismo activo y comprometido. Un feminismo, eso sí, de todas y todas. Yo no entiendo ese feminismo radical que ve al hombre como un enemigo. No es justo.

 

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