¿Dónde reside realmente el poder de EEUU, en sus armas nucleares o en su economía? Parece ser que ni en lo uno ni en lo otro, sino en su poderoso dólar, el cual domina tranquilamente el mundo de las finanzas globales.
Hace poco tiempo compartí en este mismo medio un artículo de opinión sobre los BRICS y la desdolarización. En aquel entonces todavía eran cinco los países pertenecientes a este grupo (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). A últimos de agosto se reunieron todos en una cumbre en Johannesburgo, Sudáfrica, en la cual tomaron la decisión de admitir a seis países más. Acordaron su expansión con el ingreso en el bloque de Argentina, Arabia Saudí, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán, para hacerlo efectivo el 1 de enero de 2024. Pero llegan las elecciones presidenciales en Argentina y las gana Javier Milei, con un 55´65 de votos, convirtiéndose en el nuevo presidente de este país y una de las principales decisiones que toma es experimentar con la anacrónica dolarización y no entrar a formar parte de los BRICS. Ya lo había anunciado durante su campaña electoral, además de anunciar que iba a abolir el Banco Central, prohibir el aborto, permitir las armas y recortar el gasto social, entre otras cuestiones.
Y yo me pregunto, con referencia a la sustitución de la moneda nacional por el dólar americano, ¿uno de los objetivos de los BRICS no era la desdolarización, con la creación de una divisa para reemplazar al moribundo dólar? ¿Moribundo dólar? ¿Pero el dólar no es todopoderoso? ¿O es eso lo que cree Milei?
No será el primer país sudamericano que intente la dolarización. En enero del año 2000, Jamil Mahuad, presidente de Ecuador, impuso el dólar como moneda de curso legal del país, y, aunque consiguió duplicar el comercio con países que están dolarizados, tuvo sus efectos negativos, pues no ha sido capaz de mantener elevadas tasas de crecimiento económico, con las consecuencias del descontento social por falta de empleo y los altos niveles de pobreza. También se desplomaron los ahorros de los ecuatorianos, las pensiones y los salarios, que obligó al Estado a endeudarse enérgicamente con el FMI para sostener la infraestructura pública. Otros países, como El Salvador, optó también por el cambio de moneda, pero lo llevó a unos resultados que no esperaban los salvadoreños, pues se creó una cultura consumista de productos importados y no locales reduciendo de esta manera la producción interna de mercancías.
El líder del partido La Libertad Avanza será investido como el nuevo presidente de Argentina habiéndose presentado en campaña con gritos, con su indómito pelo sin peinar, con una motosierra en las manos, maltratando a mujeres y periodistas y con el discurso de: “Todo lo que pueda estar en las manos del sector privado, va a estar en las manos del sector privado”. Hizo la promesa de reprimir los piquetes y nombrar como vicepresidenta a Victoria Villarruel, gran defensora activa del genocidio de la última dictadura cívico militar. Eliminará las limitaciones existentes en el comercio exterior consiguiendo una desregularización que el Gobierno emprenderá con el cambio de las normas existentes. El Gobierno será quien decida qué empresa, a qué precio, a qué destino y cuáles serán las condiciones impositivas. Privatizará empresas públicas como YPF, la petrolera de mayoría estatal, la TV Pública, Télam (agencia de noticias) y Radio Nacional.
¿Cómo es que más del 55% de los argentinos ha votado a este personaje tan folklórico, creyente de que su perro de raza mastín, muerto y clonado cinco veces, se comunica con él de forma psíquica? ¿Tan grande es el descontento de la gente? ¿Hacia dónde se dirigen los ciudadanos argentinos? ¿Qué futuro le espera a Argentina con Javier Milei como Presidente?